Guerra abierta entre la ciudad de Sacramento y los propietarios de los Kings

La situación de los Kings en Sacramento está empezando a ser insostenible. El acuerdo entre la ciudad y la franquicia para la continuidad del equipo en la capital californiana está pareciéndose más a papel mojado a medida que pasan los días. Las acusaciones cruzadas entre ambas partes ya han llegado hasta la misma NBA, quien tendrá un papel importante para encontrar una solución.

Una factura de algo más de 3 millones de dólares destinada a evaluar el impacto ambiental del nuevo pabellón es el principal punto de discordia que ha erosionado la buena relación aparente entre los propietarios de los Kings y el ayuntamiento de Sacramento hasta límites insospechados sólo hace unas semanas.

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Durante el día de hoy, la familia Maloof, dueña de la franquicia, se reunirá con la Junta de Gobernadores de la NBA en la que expresará su satisfacción por la situación actual, según informa el Sacramento Bee. Pero no será esta la única presión que el máximo organismo rector de la liga recibirá. Un grupo de 25 hombres de negocios de la ciudad californiana presentará a la NBA una carta en la que pedirán que se involucren en arrebatar a la familia Maloof el control de los Kings para encontrar un nuevo propietario que se comprometa a mantener a la franquicia en Sacramento.

La pelota está en el tejado de la NBA, dividida entre forzar la permanencia de los Kings en Sacramento (aún a costa de las presiones de sus propietarios), o en dar vía libre a los hermanos Maloof para obrar de la forma en la que crean conveniente, incluso favoreciendo una mudanza a otro lugar, y dar un mensaje de firmeza ante otras ciudades que puedan mostrarse reticentes en un futuro a hacer concesiones a sus equipos.

De puertas afuera, la familia Maloof está comprometida a invertir 70 millones de dólares en el nuevo pabellón, condición indispensable para la NBA de cara a mantener un equipo en Sacramento, pero desde la percepción en la ciudad es que los propietarios de los Kings están intentando «sabotear los esfuerzos de buena fe de mucha gente y organizaciones, incluídos los fans de los Kings», según reza la carta que los empresarios presentarán a la NBA.


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