Harden se impone en el TD Garden

Triunfos así arreglan cualquier tipo de problema interno.

Los Rockets, en su intento constante por ganarse una identidad más potente en la liga, vieron cómo sus aspiraciones eran elevadas a la mayor tras llevarse un triunfo por 98-102 en el TD Garden ante uno de los mejores equipos de la liga.

«Fue volver de unas pequeñas vacaciones y conseguimos limpiarnos de todas esas cosas negativas. Mi atención decidió centrarse en los 27 partidos restantes y que queríamos jugar de la manera correcta. Hoy ha habido unión», señalaba con ímpetu J.B. Bickerstaff, el técnico que heredó unos Rockets rotos y que está intentando juntar esos pedazos caídos.

Rota la racha ganadora

Tumbar a los Celtics en su casa es una tarea costosa, de esas que cuando acabas te duele la espalda de haber estado tanto tiempo cargando esa responsabilidad.

Para liberar ese peso, apareció James Harden. Cuando tiene la noche, la tiene. Y ahí es cuando se convierte en un jugador casi imparable.

El escolta se fue hasta los 32 puntos, incluyendo los ocho finales que anotaron los suyos. Su actuación se vería secundada por Michael beasley, con 18 puntos y 8 rebotes; y por Dwight Howard, con otro doble-doble formado por 12 puntos y 12 rebotes.

Las pérdidas, una condena

Los chicos de Brad Stevens se vieron autosepultados por la cantidad de pérdidas de balón (15) que cometieron. Y si encima le añadimos que no fue su mejor noche en el tiro (37% en tiros de campo), el círculo de despropósitos acaba redondeándose de una manera casi perfecta.

Isaiah Thomas encabezó al equipo con 30 puntos, aunque si bien es verdad acumuló él solo seis pérdidas. Jared Sullinger agregaría 24 puntos y 12 rebotes.


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