Quinta derrota consecutiva (su peor racha en casi seis años) y padre e hijo expulsados a la vez. La visita de los Clippers a Houston no pudo acabar peor. Los Rockets, con un James Harden de nuevo sumando triple-doble, se dieron un festín a costa del equipo angelino huérfano de Chris Paul y Blake Griffin para ganar por un rotundo 140-116 que les afianza en el tercer puesto del Oeste.
Tras jugar 48 horas antes en New Orleans, Chris Paul causó de nuevo baja por los Clippers, que al menos recuperaban a J.J. Redick. Pero, ante un equipo tan en forma como Houston, la ausencia de su director de juego fue demasiado dañina. Los Rockets abrieron hueco desde el principio con un ataque fulminante, rápido y efectivo, llegando a dominar hasta por 26 puntos en el segundo cuarto.
A perro flaco
Clippers' Austin Rivers furious after ejection for making contact w/ referee J.T. Orr (Doc Rivers also ejected in the aftermath) pic.twitter.com/mmNLQcdfde
— Ben Golliver (@BenGolliver) December 31, 2016
Para colmo, el reemplazo de Paul en el puesto de base, Austin Rivers, se marchaba expulsado en el segundo cuarto por una extraña jugada. Tras una entrada a canasta, su brazo tocaba levemente el pecho del árbitro J.T. Orr, quien decidió expulsarlo de inmediato al considerar el contacto intencional. Además, Doc Rivers (entrenador de los Clippers y padre de Austin) era también enviado al vestuario por protestar la acción.
Sin su base titular y su técnico, los Clippers dieron la cara en el resto del partido gracias a la inspiración individual de un sorprendente Raymond Felton (26 puntos) y el trabajo en la pintura de DeAndre Jordan (20 y 13 rebotes), pero insuficiente para asustar a unos Rockets inspirados en ataque, guiados por un James Harden de nuevo magistral.
Letal Harden
El escolta terminó con 30 puntos, 13 rebotes, 10 asistencias y 5 robos de balón. Números que ningún jugador desde Derrick Coleman en 1993 había logrado en un partido NBA. Todo para lograr su 7º triple-doble de la temporada, un hito brutal a estas alturas de la temporada aunque Russell Westbrook (ya con 15) lo haga más mundano. Más importante, los Rockets siguen siendo el equipo más en forma en diciembre, ya con un balance de 14-2.
Por contra, los Clippers se han convertido en un equipo menor desde la lesión de rodilla de Blake Griffin y los problemas de isquiotibiales de Chris Paul. Por primera vez desde febrero de 2011, antes del traspaso del base desde New Orleans, el equipo angelino ha enlazado cinco derrotas consecutivas, cayendo cada vez más de la lucha por el primer puesto del Oeste en la que los Rockets siguen muy vivos.