Jason Terry, mecha hasta los 42

Jason Terry todavía no está cansado de jugar al baloncesto.

No importa que lleve 17 años en la liga; no importa que en septiembre cumpla los cuarenta y sus huesos quizás le imploren algo distinto. El alero de los Milwaukee Bucks aún quiere, mínimo, dos temporadas más. Y nosotros encantados de que así sea.

El escolta no es de los que sigue por seguir y de los que está por estar. Ni veterano de banquillo ni motivador de vestuarios; Terry no es de esos que acepta cobrar el mínimo «porque su experiencia es perfecta para contribuir al desarrollo de un grupo joven». No. Terry quiere competir y Terry quiere jugar.

Ya rechazó un proyecto de anillo en los Cavs por un proyecto con minutos para sí en Milwaukee. Ganar a toda costa, triunfar bajo el rol de agitador profesional de toallas y chocador de manos, no estaba entre sus posibles. Su ADN dimana orgullo. Con los minutos asegurados y sus límites sabidos, hoy es feliz en los Bucks con sus 17,1 minutos por noche, siendo un jugador todavía lo suficientemente importante para Jason Kidd.

Sus números son modestos; casi un chiste bajo el encuadre holístico de su carrera: 3,6 puntos, 1,3 rebotes y 1,1 tapones. 39 años, recordemos. Más que de sobra para comprar sus pretensiones. «Voy a jugar dos años más si Dios quiere», ha dicho para el Blog de Gery Woelfel. Eso lo dejarían, si la aventura terminara ahí, retirándose tras 19 temporadas y en el año natural de sus 42; toda una proeza física al alcance de muy pocos.

Este año tras la lesión de Jabari Parker pero con la vuelta de Khris Midleton, entendemos que seguirá ocupando un papel relevante de entre 15-20 minutos hasta final de temporada y quien sabe si con su duodécima aparición en playoffs.

¿Suficiente para Miller?

Si bien de terminar su carrera en los Bucks el anillo parece algo complicado —aunque nunca se sabe con Jabari/Giannis/Khris y un año de experiencia más— sí hay un objetivo o reto que podría resular tentador aunque parece que, estadísticamente, se le escapa a Terry.

El otro día Kyle Korver superaba al hoy entrenador de Terry, Jason Kidd, en la tabla de máximos anotadores de triples de la historia, asaltando la séptima plaza. Por encima suya seguían otros cuatro jugadores aún en activo sumando triple tras triple; en la cima de todos ellos, ocupando el 3º puesto del ranking de históricos, sonríe Terry.

2.208 triples ese acumulaba ese 10 de febrero. 2.211 suma hoy. ¿A cuántos del segundo, Reggie Miller? Pues éste cerró su cuenta en 2.560, es decir, a tiro, dice la calculadora, de 249 triples.

Si cogemos los triples totales del shooting guard y los dividimos entre las 17 temporadas, nos sale a una media aproximada de casi 130 triples por ejercicio. Obviamente, en los últimos años esa media no ha hecho más que decrecer. El curso pasado, 2015-16, encestó 99 triples —93 en regular season y 6 en playoffs—.

Parece que, por muy poco, no le salen las cuentas si efectivamente son dos años, y no más, los que nos brindará Terry de baloncesto a primer nivel. Pero bueno, en situaciones como esta nos limitamos a abrazamos el lema. ‘NBA, where….


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