Jimmy Butler se cuela en la fiesta de Wade en Miami

Dwyane Wade regresó a Miami por primera vez como jugador de los Bulls tras 13 años siendo el gran ídolo de la afición local. Y salió de South Beach con un homenaje de su antigua franquicia y, de paso, con una victoria. En un igualado y competido encuentro, Chicago acabó sonriendo ante unos Heat que no solo sumaron otra derrota, sino que perdieron a Goran Dragic por una fea lesión de tobillo. Al final, la victoria de los Bulls por 95-98, en gran parte gracias a un decisivo Jimmy Butler, les deja con un balance positivo de 5-4.

Los nervios de D-Wade

El gran protagonista de la noche, eso sí, era Dwyane Wade, quien regresaba a Miami entre los honores y ovaciones de su antigua afición. Quizás notando la presión de la vuelta a su hogar durante más de una década, con tres títulos incluidos, el escolta se mostró excesivamente fallón, acabando con 13 puntos (5/17 en tiros de campo y 0/4 en triples). Para su fortuna, Robin Lopez se mostró especialmente hábil aprovechando sus fallos, agarrando 7 rebotes ofensivos (de 9 totales) y terminando con 16 puntos.

Eso sí, Lopez fue una sombra en defensa. Hassan Whiteside, el nuevo líder de los Heat, volvió a brillar en la pintura sumando el tercer «20+20» de su carrera en puntos y rebotes, a lo que añadiría 3 tapones. La nueva generación de talento de Miami, simbolizada en los jóvenes Josh Richardson (16 puntos), Justise Winslow (15 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 4 robos) y Tyler Johnson (14 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) brillaba ante su antiguo maestro, pero al final fue Jimmy Butler el que desequilibró un partido sin dominador claro.

La sentencia de Butler

En las manos del Butler estuvieron los mejores minutos de Chicago en el último cuarto, anotando 8 de sus 20 puntos finales en los últimos 6 minutos. Josh Richardson plantó cara en el lado contrario, pero no fue suficiente. Una jugada final de pillo del propio Dwyane Wade, forzando una discutible falta de Justise Winslow, le mandaría a la línea de tiros libres para sentenciar a 13 segundos del final.

La peor noticia para Miami, eso sí, estuvo en su base Goran Dragic. El jugador esloveno tuvo que abandonar la cancha a mediados del tercer cuarto por un esguince en su tobillo izquierdo. Una lesión que le obligó a marcharse al vestuario y que puede poner en riesgo su participación en futuros partidos.

Sin mucha alternativa en la dirección de juego más allá de Tyler Johnson y jugadores fuera de su posición natural como Dion Waiters, una baja prolongada de Dragic pondría en más apuros a unos Heat estancados en el pozo del Este con un balance de 2-5, solo por encima de Philadelphia.


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