“El equipo no sólo soy yo. Sé que hay otros jugadores que pueden hacer un gran trabajo”. Con estas palabras, Joakim Noah cerraba definitivamente la puerta a su participación en los Juegos Olímpicos de Londres. El motivo no es otro que el fuerte esguince de tobillo que sufrió en el tercer partido de los cuartos de final de los Playoffs frente a los Sixers.
A pesar de la carrera contra el crono que ha disputado Noah para recuperarse, su tobillo no está al 100% y ha preferido no arriesgarse ante el riesgo de una recaída. “No estoy listo. No estoy listo para correr ni para saltar”, le dijo el jugador al diario L´Equipe.
Noah se convierte así en el segundo jugador de los Bulls que no acude a la cita olímpica, después de que Derrick Rose dijese adiós por la rotura de ligamentos en su rodilla izquierda. El pívot francés usará así estos meses, como dice Álex Perris – su entrenador personal –, para “darle a su tobillo la opción de curarse de forma natural. Entrenaremos en Los Ángeles y New York, y nos centraremos en la velocidad, la explosión y la fuerza”.