Kemba Walker ha declarado en el Charlotte Observer estar plenamente recuperado de la operación de rodilla a la que se sometió el pasado mes de mayo. La lesión consitía en una rotura de menisco, un problema lo suficientemente grave como para requerir cirugía pero que en ningún caso debería afectar a su rendimiento esta próxima temporada, a diferencia de las temidas lesiones de ligamentos de rodilla.
Walker tuvo la mejor temporada de su carrera el año pasado, promediando 21 puntos y 5 asistencias. Muchos analistas apuntan a que el fichaje de Nicolas Batum por los Hornets fue clave en la mejoría de Walker respecto a otros años, al haber añadido otra amenaza exterior al juego de los Hornets.
El base nunca ha sido un jugador frágil, y en sus cinco años en la NBA el menor número de partidos que ha disputado ha sido 62. El año pasado, de hecho, finalizó la temporada con estas molestias en el menisco participando en todos los partidos de los Hornets en Playoffs, además de haberse perdido solamente un encuentro de temporada regular.