Kevin Love regresa este sábado a la que fue su casa durante seis años, para enfrentarse por primera vez a los Minnesota Timberwolves. El ahora jugador de Cleveland Cavaliers no espera tener un recibimiento demasiado caluroso, aunque piensa que con el paso de los minutos, y los años, también se escucharán aplausos.
«¿Qué espero realmente?, ¡buuuuuuuu! Probablemente habrá bastante más de eso y luego una mezcla con aplausos«, explicó en declaraciones tras la práctica de tiro del viernes, antes de comparar lo que vivirá en Minnesota con lo que le ocurrió en su etapa universitaria, cuando eligió jugar en UCLA y no en la Universidad de Oregon, después de pasar su infancia y etapa de instituto en este el mencionado estado.
«Es difícil saber qué pasará. Cuando volví a Portland la primera vez tras elegir jugar en UCLA estuvo variado, con más abucheos que aplausos. Con el paso de los años había más aplausos. Ya veremos, el sábado será uno de esos momentos en los que los aficionados pueden decir lo que sienten realmente«, señaló.
Sensación extraña
En cuanto al hecho de enfrentarse por primera vez a su exequipo, Love admite que habrá momentos en los que le resultará raro. «Estoy seguro de que una vez que esté allí será una sensación diferente. Jugando de visitante, entrando en el vestuario y sentándome en el banco. Pero no le doy demasiada importancia, estamos en una recha ganadora y eso es lo que importa«.