Como una deidad dormida debido a los héroes modernos que operaban en la tierra, Klay Thompson se tiró los primeros seis encuentros de la temporada más bien apagado. 15,8 puntos por partido, 38,8 por ciento en tiros de campo y 19,6 en triples. Hasta se llegaba a especular que su fusil ya no estaba bien apostado en las colinas de Oakland. Y sonaban tambores —ciertamente infundados— de traspaso. ¿Y cuál ha sido la respuesta del escolta de los Warriors? Al séptimo día, despertó.
Desde el séptimo encuentro de la temporada, Thompson ha vuelto a las prestaciones que le unieron por vía familiar, y escaso tiempo de salpicadura, con Stephen Curry. Desde entonces, 23,8 tantos, 52,9 por ciento en tiros de campo y 46,0 en triples. Guarismos de élite.
Valores ya acoplados a lo que Klay ha venido (mal)acostumbrado a su equipo en las últimas temporadas.
Thompson ha sobrepasado los 20 tantos de promedia en las dos últimas campañas (21,7 y 22,1), tres incluyendo ésta (20,4), dado que ha vuelto a desbloquear la veintena por actuación.
La contribución de Thompson en los Warriors, de hecho, sigue siendo crucial. Así lo indican las ocho victorias por ninguna derrota de su equipo desde que el escolta revalorizó sus atributos.
Más se nota su importancia si se contempla que durante sus seis primeros partidos, los de la siesta para él, Golden State marcó un récord de 4-2.
Puntos-asistencia
Y destacamos también en este post otro dato singular, a la vez que revelador, que da valor al enjambre táctico que Steve Kerr machaca en cada sesión de los Warriors.
En los partidos que acaban en victoria para Golden State, Klay consigue todas sus canastas de tres puntos (100%) tras asistencia de un compañero. Y casi todas las de dos puntos (81,8%).
En las derrotas, Thompson no encuentra tanto tino tras pase de sus compañeros (33,3%), y entonces las jugadas de isolation y fabricación propia (66,7 por ciento de sus acciones de ataque) ahogan las de manufacturación grupal.
Conclusión, cuando la maquinaria de los Warriors hila la sinfonía en grupo, los partidos acaban en victoria y todos aportan (Klay el primero) más. Y cuando se buscan más las jugadas personales, el actual finalista de la NBA sufre un poco más, también el escolta titular del equipo.