Partido de contrastes en el TD Garden de Boston.
Los locales llegaban a la cita después de tres victorias consecutivas mientras que los Knicks sumaban tres derrotas en otros tantos partidos. Ninguna de las dos rachas se rompió y los Celtics superaron a su rival por 100-91.
Isaiah Thomas, ese loco bajito
Otra gran actuación de Isaiah Thomas decantó la balanza a favor de los Celtics. El menudo base apareció en los instantes decisivos para distanciar a los suyos en el marcador cuando más apretaban los Knicks, quienes a pesar de ir a remolque siempre, se acercaron a cinco puntos a falta de tres minutos.
Thomas fue el máximo anotador de los de Massachusetts con 21 puntos, a los que añadió 8 rebotes y 6 asistencias. No estuvo sólo ya que Jae Crowder y Evan Turner le acompañaron con 18 y 19 puntos respectivamente.
“Necesitamos que sea un buen playmaker para nosotros. Pienso que él os diría que no ha sido su mejor día, pero de nuevo ha hecho las mejores jugadas para que nos distanciáramos de 5 a 9 puntos en los momentos decisivos”, señaló su técnico Brad Stevens.
Los Knicks, de capa caída
A pesar del ilusionante arranque de temporada, la igualdad y la dificultad de la Conferencia Este está afectando a unos Knicks que ya ven de lejos los puestos de Playoffs. 14-18 para los de Dereck Fisher, a cuatro partidos de ese octavo puesto.
Carmelo Anthony fue el mejor con 26 puntos, aunque echó en falta mayor colaboración de sus compañeros. Sólo Kristaps Porziņģis mantuvo el nivel con 16 puntos y 12 rebotes, si bien su serie de tiro no fue muy buena (4/13). Arron Afflalo, el gran fichaje de la temporada, se quedó en 4 puntos y 2/10 en tiros de campo para unos Knicks que ya divisan ésta como una temporada más de transición en el desierto.