Cuando Kobe aleccionó a un Luke Walton que olía a alcohol

Ya lo dijo Kobe, «si algún día me ves peleando con un oso, reza por el oso». Pues bien, pongamos que en lugar de un enorme hibernante se trata de un rookie, llamado Luke Walton, y que éste ha ido a entrenar con cierta mala compañía en forma de olor alcohólico. Después de una noche toledana, se entiende. Nos podemos hacer una idea del resultado de la batidora anterior de elementos, pero vamos a explicarlo con detenimiento.

Resulta que el propio Luke Walton, actual entrenador de los Lakers, ha sido quien ha rescatado del olvido esta peculiar historia, en unas declaraciones a al podcast Open Run, de la plataforma Uninterrupeted.

Temporada 2003-04. Año de novato para un Luke Walton de 23 años. Una noche con más espirituosidad de la que un entrenamiento a la mañana siguiente consentía, le pasaría factura para siempre. Tras excederse al amparo de la oscuridad, Walton se presentó en la práctica de los Lakers con todavía regusto nocturno.

Lejos de bromear con el reducido descanso de Walton aquella noche, Kobe se lo tomó a falta de profesionalidad y respeto, e instó a todos sus compañeros a que nadie ayudase a Walton en las defensas de aquel entrenamiento. Bryant estaría atacando contra él todo el entrenamiento. Y no era ninguna broma, Walton iba a recibir una lección.

«Voy a destrozarte»

«Al principio me reía, como ‘oh, esto es gracioso’. Pero en la mente de Kobe, en sus ojos, era como ‘no, veo y huelo tu debilidad. Hoy voy a destrozarte».

El rapapolvo que se llevó el joven y trasnochado Walton seguramente pasaría a la historia de los entrenamientos de los Lakers. Todo el entrenamiento buscando su mermada defensa y anotando ante él. Una y otra vez.

«Probablemente anotaría 70 puntos o algo así en aquel entrenamiento. Yo pedía ayudas (en defensa) pero ninguno de los compañeros ayudaría. Y, al final, su instinto asesino y su ética de trabajo se me pegarían para siempre», detalló Walton con aumentada nostalgia tras el paso de los años.

Ni los más ancianos del lugar han querido cruzarse en el camino de un Kobe Bryant enfadado. Para un rookie de apenas 20 años fue una de las mañanas más tediosas con baloncesto o alcohol de por medio. Pero, a la larga, resultó una valiosa lección de perseverancia y moral ganadora. Lección de vida by Kobe Bryant.


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