La bien pagada decadencia de Rashard Lewis

Rashard Lewis es el segundo jugador mejor pagado de la NBA. Sólo Kobe Bryant supera al alero de los Wizards que este año se embolsaría (si el lockout no se hubiese quedado con un pedacito) unos 22.2 millones de dólares. Sin embargo, los otros números, los de la estadística personal no son los del segundo mejor jugador de la NBA… ni de lejos. Su equipo es el peor equipo actualmente de la liga, sin victorias y con ocho derrotas. Sus compañeros, un grupo de jóvenes que quizá estén progresando más lentamente de lo aguardado. Él, pieza clave por lo elevado de su contrato y por el espacio salarial que liberará cuando éste termine.

Y es que Lewis no está siendo de gran ayuda para el equipo de la capital de los Estados Unidos. Tras siete partidos jugados promedia poco más de 8 puntos por partido y menos del 38% de acierto en tiros de campo. No sólo eso. El pasado domingo, en la exhibición de Ricky Rubio en Washington, Rashard Lewis no jugó ni un minuto. La versión oficial apuntaba a problemas físicos, pero se dice que el jugador y Sam Cassell (entrenador asistente de los Wizards) discutieron justo antes del encuentro y Rashard Lewis se negó a jugar (extremo que luego negó el propio jugador).

Más allá de un momento difícil o de un equipo al que no se acopla, la tendencia de Rashard en los últimos años ha sido descendente en su producción estadística. Desde su último año en los Seattle Supersonics tanto sus puntos por partido (línea azul en el gráfico) como su acierto en campo (línea roja) no han dejado de menguar.

Lewis llegó a la liga en la temporada 1998-99, la temporada del lockout, a unos Sonics en los que brillaba Gary Payton y donde daban sus últimos botes de balón míticos como Dale Ellis o Detlef Schrempf. Lewis llegaba sin haber pasado por la universidad y su año de debut (con 19 añitos) fue duro para él. Nueve temporadas en los Sonics dieron para mucho. Compartió vestuario con los ya mecionados Ellis, Payton o Schrempf, y además con Pat Ewing, Ray Allen, Vin  Baker y otro buen puñado de veteranos. Fue ganando galones en la franquicia hasta terminar en 2006-07 con unos números realmente brillantes: 22.4 puntos, 6.6 rebotes, 2.2 asistencias, 2.5 triples por partido, 46% de acierto en campo.

Tras su última y brillante temporada en Seattle llegó a Orlando mediante un sign and trade que le colocaba entre los mejores pagados de la NBA. Le colocaba además en un equipo en crecimiento con Dwight Howard como estandarte y que efectivamente tuvo su éxito llegando a la final de la NBA en 2009 ante los Lakers. Rashard Lewis fue una pieza fundamental en sus dos primeros años en Florida. El esquema de juego de Van Gundy reservaba para él el papel de power forward abierto, dejando a Howard toda la ofensiva interior.

En su tercer año en los Magic su rendimiento bajó y el año pasado fue traspasado a Washington en un traspaso donde Gilbert Arenas hacía el camino inverso. Desmoralizado y quizá con la losa de un contrato muy por encima de su valía no ha levantado cabeza en el equipo que hoy dirige Flip Saunders.

Dos presencias en el All-Star y una carrera marcada por el supercontrato que le permitirá cobrar esta temporada más que todos los jugadores de la NBA a excepción de Kobe Bryant. Una pesada carga, la de los billetes verdes.

Datos: Salarios en Hoopshype | Estadísticas en basket-reference


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