La revancha de las pasadas Finales del Este es una realidad. Los Hawks dieron una muestra de solidez en Boston para ganar por 92-104 y reencontrarse a Cleveland en la segunda ronda. Y, al contrario que en 2015 (con Thabo Sefolosha lesionado y DeMarre Carroll tocado), Atlanta llega con muy buenas sensaciones en defensa a su enfrentamiento con LeBron James y compañía.
Nunca desde 1988, en una ya legendaria batalla entre los Celtics de Larry Bird y los Hawks de Dominique Wilkins, Boston había perdido un partido de Playoffs en casa ante Atlanta. Pero el equipo de Brad Stevens se mostró de nuevo sin la pegada suficiente para superar la defensa de su rival. Isaiah Thomas (25 puntos y 10 asistencias, pero con un 9/24 en tiros de campo) fue de menos a más, pero su esfuerzo solo sirvió para evitar una derrota más abultada. Danny Ainge, presidente de operaciones de los Celtics, tendrá un interesante verano para reforzar a un equipo con más corazón que colmillos.
La defensa gana eliminatorias
Atlanta tampoco es un equipo con superestrellas, pero su cierre de eliminatoria es esperanzador. Su defensa en la pintura fue magnífica especialmente en la primera mitad, acabando con 12 tapones (4 de Paul Millsap). El único susto fue una leve lesión de tobillo del base Jeff Teague, limitado a 24, pero bien compensado por los 12 puntos y 8 asistencias de un Dennis Schröder que tuvo también varias batallas dialécticas (y no dialécticas) con Isaiah Thomas.
El mejor momento de Millsap
Pero el jugador clave de esta serie, en ataque y en defensa, fue Paul Millsap. El ala-pívot, máximo anotador de los Hawks con 17 puntos, fue también el mejor protector del aro acabando con 2,6 tapones de media por partido y obligando a los jugadores de Boston a replantearse muchas jugadas en la pintura. En el partido de hoy, los Celtics intentaron sacarle de la zona dándole más minutos a un 4 abierto como Jonas Jerebko, pero no funcionó. Su duelo contra Kevin Love marcará una parte importante del próximo desafió de los Hawks ante Cleveland.