La diplomacia del ping pong y el lockout

Al principio de la década de los ’70 se estableció entre Estados Unidos y China la llamada diplomacia del ping pong. En abril de 1971 el equipo de tenis de mesa estadounidense se encontraba de gira por Asia, y recibió una invitación para acudir a la China de Mao. Los americanos se presentaron en Pekín en medio de una enorme expectación internacional. El encuentro lo organizó el Comité Nacional de Relaciones EE.UU.- China (National Committee on U.S.- Chinese Relations, NCUSCR) como antesala a la visita de Nixon al gigante asiático un año después. Pero habría que esperar hasta 1979, con Jimmy Carter como presidente, para establecer oficialmente relaciones entre ambos países.

En enero del 2009 se celebró el 30 aniversario del establecimiento de esas relaciones. El NCUSCR celebró por todo lo alto un evento en Nueva York presidido por Henry Kissinger, director del Comité Nacional y antiguo secretario de Estado; Zhang Yesui, embajador de China en la ONU; Peng Keyu, consul general de China en Nueva York; Duncan Niederauer, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York; Jan Berris, vicepresidente del NCUSCR; y David Stern, comisionado y máximo dirigente de la NBA.

La presencia de David Stern no era un asunto menor. La NBA llevaba elaborando un plan económico de intervención en China a nivel superlativo desde hacía años. En 1991 la NBA comenzó a emitir partidos por la China Central Television en abierto, pero sería a partir de principios del siglo XXI cuando el desembarco sería total. En octubre del 2004 los Houston Rockets de Yao Ming jugarían un partido de pretemporada contra los Sacramento Kings en Shanghai y Pekín; en el 2008 se crearía NBA China; en 2009 se invertiría 280 millones de dólares en la construcción de un gran pabellón en Shangai, que sería completado con otro e Pekín y un tercero en Guangzhou, como adelanto a la edificación de doce grandes estadios en toda China; en los últimos años se esta desarrollando un programa para entrenadores en colaboración con la Chinese Basketball Association (CBA); además, las visitas de jugadores NBA a China, con motivo de todo tipo promociones, ha sido habitual y constante de un tiempo a esta parte…

Precisamente el conflicto generado estos días alrededor del lockout podría tener relación directa con China. Como informaba el blog Puerta Atrás, Billy Hunter, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (NBPA), y principal pesadilla de la NBA en la mesa de negociacion, es “consultor de la China Sports Industry Inc., empresa que opera en exclusiva el tratamiento deportivo en China y gestiona la comercialización y promoción del deporte profesional en la República Popular”. Hunter y Stern podrían estar librando una nueva fase de la diplomacia del ping pong, esta vez con China como espectador, y con el futuro inmediato de la NBA como parte del juego. Por lo pronto en el país asiático están que echan humo con la situación económica actual del país que preside Barack Obama. No en vano, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, China acapara buena parte de la deuda estadounidense y es su principal acreedor.

El posible desembarco de jugadores como Chris Paul, Carmelo Anthony o Dwyane Wade en la liga China, con motivo del lockout, podría ser un parche económico que cubriera provisionalmente los intereses de todos. Pero, como señala Miguel Ángel Paniagua en su columna Rank-and-file del último número de la Revista Gigantes, no serán las megaestrellas -y sus posibles acuerdos overseas– las que decidan el devenir del lockout, sino la tropa de jugadores de clase media que puede ver peligrar seriamente su futuro económico con el parón, y que son mayoría en el Comité Ejecutivo del sindicato NBPA.

Ethan Sherwood publicó hace unos días un interesante artículo en Hoopspeak sobre la relación entre David Stern y China. El autor se preguntaba por la posición de Stern en el lockout, de contener el gasto, cuando precisamente la liga esta invirtiendo enormes cantidades de dinero en China. A día de hoy la liga estadounidense tiene quince acuerdos de negocio con televisiones chinas, y el nivel de seguimiento e ingresos de la NBA allí ha sido, a falta de ver el impacto de la retirada de Yao Ming, tremendo. Un volumen de negocio que podría estar también relacionado con lo que se discute en la mesa de negociación visto que cada uno de los protagonistas tiene grandes intereses en el gigante asiático.

David Stern con el NCUSCR

En cualquier caso, entre aquel partido de tenis de mesa de 1971 y la situación actual muchas cosas han cambiado en la política internacional y en el baloncesto. El antiguo enemigo es hoy un socio prioritario en la economía de Estados Unidos, y la NBA es uno de los actores más interesados en que esa relación fluya de manera positiva. Lo que ocurra en el futuro entre Billy Hunter y David Stern tendrá mucho que ver con cómo gestionar los ingresos de la competición, pero también, parece, con cómo relacionarse con China.


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