El entrenador de Los Angeles Lakers, Luke Walton, vio las primeras señales durante la pretemporada. Fue más bien una sorpresa ver que, a pesar de variar su quinteto día sí, y día también; la segunda unidad siempre respondía. Como una mezcla tan variada conseguía una gran química de equipo, y lo que empezó como una alternativa, terminaría siendo usado como arma vital.
Fue entonces cuando el equipo técnico coincidió en que, si bien los titulares podían variar, el banquillo tenía que permanecer con una estructura similar. «Llegamos a un punto en el que el banquillo se estaba convirtiendo en algo especial» dijo Walton a Baxter Holmes, de ESPN.
Llegaron las lesiones, y aún así el coach se negó a cambiar la alineación. Argumentó que era un arma fundamental en su juego, que había llevado al equipo en volandas desde comienzo de temporada, sobre todo teniendo el curso pasado. También la prensa le preguntó al respecto, pero la respuesta fue la misma.
El secreto del éxito
El domingo Walton pudo ratificarse de lo dicho. Contra Atlanta, los Lakers contaban con las bajas de Julius Randle y D’Angelo Russell, pero la segunda unidad permaneció intacta. Hasta 65 puntos le dieron la razón al entrenador, que después de remontar una desventaja de dobles dígitos, lleva a su franquicia octava en el Oeste.
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El equipo angelino lidera la NBA en puntos desde el banquillo, con 51,2 por encuentro. «Los grupos construyen dinámica por si mismos, así lo han hecho ellos» señaló Walton, y añadió que «han sido de los mejores, tanto titulares como suplentes, durante toda la temporada. Contamos con ventaja cuando saltan a la pista, por eso intentamos no variar las rotaciones» concluyó el técnico.
Una variedad de recursos que la hacen única, así lo ve Luke. Con Clarkson y Williams como anotadores, además de un Brandom Ingram que puede jugar de base en ataque y defender varias posiciones. Mientras que Tarik Black y Nance Jr. cubren con intensidad, y ejecutan el pick and roll con clarividencia.
«Nos sacrificamos los unos por los otros», dijo Black, y añadió que «es fácil hacerlo cuando vienes de una temporada con 17 victorias, y otra con 21. Es más sencillo echar un cable si ves que todos mejoramos, y eso es lo que ha construido este grupo. Sufrir al principio y luego ver el éxito, porque sabemos de donde venimos y sabemos que no queremos volver» señaló el big man.