Potencia, defensa, mates, tapones… El curso 2012/2013 nos mostró a un Larry Sanders que sobresalía como un pívot que parecía llamado a ser la referencia interior de los Milwaukee Bucks; sus promedios de 9.8 puntos, 9.5 rebotes y 2.8 tapones en 27.3 minutos de juego así lo atestiguaban. Además, la propia franquicia parecía refrendarlo al firmarle un renovación de 4 años y 44 millones de dólares. Sin embargo, su participación en los tres primeros partidos de la temporada ha sido poco más que testimonial con unos guarismos de 2.7 puntos, 3.7 rebotes y 2 tapones en 17.3 minutos, algo que ha hecho saltar la alarma en el propio jugador.
«Me siento capaz de estar en cancha en el final de los partidos para ayudar al equipo con rebotes y tapones. Entiendo que en anteriores partidos he tenido problemas con las faltas pero esta noche no era así«, declaró a NBA.com tras finalizar el partido contra los Toronto Raptors.
Lo que más preocupa al pívot de Florida no es tanto la disminución de minutos como el hecho de que su participación en las segundas partes sea casi inexistente, ya que de 52 minutos en cancha sólo 15 han sido en las segundas partes. «El año pasado terminé tantos partidos… Estar sentado los tres últimos cuartos de cada partido es muy duro para mí. Sigo siendo un jugador joven. Sólo llevo ocho años jugando», lamentó.
Tras finalizar el partido con los Raptors, el técnico de los Bucks, Larry Drew, aseguró que Sanders no jugó el último cuarto porque veía más conveniente un quinteto pequeño; explicación que no convence al pívot. «Puede tener sentido, pero es más una cuestón de confianza. El final de los partidos lo juegan los jugadores en los que confías«, sentenció.
Por si había dudas sobre su estado de ánimo, su compañero, John Henson, lo aclara: «Hablo con Larry porque es uno de mis mejores amigos en el equipo y le he dicho que va a cerrar el 90% de los partidos. Él está frustrado en estos momentos«.