Tras un curso 2012-13 en el que Larry Sanders destacó como uno de los mejores defensores de la liga, la pasada campaña supuso sin duda un frenazo en la carrera de un jugador que estuvo cerca, incluso, de dejar la disciplina de los Milwaukee Bucks.
Ahora, siendo pieza importante de unos Bucks que están en puestos de playoffs, ha repasado cómo vivió un anterior curso en el que entre lesiones, problemas extradeportivos y disputas con compañeros, no pudo rendir al nivel esperado.
«Sólo intentaba disfrutar de lo que es caminar libremente. En ese momento yo no tenía guardaespaldas y tampoco quiero que mis amigos vayan a todas partes conmigo. Me vi atrapado y con la guardia baja. Si esperas hasta el momento en que te atacan para contrarestar, puede que sea demasiado tarde. Cuando te sientes atacado respondes instintivamente sin razonar», explica en una entrevista concedida a Sports Illustrated sobra la pelea que tuvo en un bar en el verano de 2013.
Cuestión de madurar
Sanders, que reconoce que se equivocó, entiende que lo vivido en ese momento y durante toda la pasada campaña, le ha servido para evolucionar como persona. «Entendí que tengo que estar preparado para lo que venga. Afortunadamente, me enteré en un camino en el que no tenía que ir a la cárcel, sin que nadie fuese arrestado ni herido de gravedad. Aprendí una lección muy valiosa».
Discusión con Neal
Además de problemas personales, el pívot de los de Wisconsin admite que el ambiente en el equipo, más en concreto con Gary Neal, no era demasiado bueno hace un año, algo que acabó provocando una discusión entre ambos ante los periodistas. «No era realmente conmigo, sino con el equipo. Él dijo algo en voz alta para todos y yo ya estaba muy cansado de eso. La negatividad hizo mucho para que no tuviésemos éxito. Mucha gente trasmitía emociones negativas. Pienso que este juego recompensa a aquellos que se sacrifican, que quieren ganar y que se mantienen positivos y no son egoístas», finaliza.