Le faltaba muy poquito y no tardó en conseguirlo. Durante el primer cuarto del partido que enfrentó a Milwaukee y Cleveland LeBron James se convirtió en el octavo máximo anotador de la historia de la NBA. El encuentro terminó con victoria de los Cavaliers por 108 a 114 tras una prórroga.
James, que ya había pasado esta temporada a Hakeem Olajuwon y Elvin Hayes, superó ayer la marca de todo un histórico de la historia de la liga como fue Moses Malone, tres veces ganador del MVP. Los 27.442 puntos de James con los que terminó la noche son más que los 27.409 con los que Malone —fallecido hace poco más de uno año— concluyó su carrera en la NBA.
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El siguiente jugador que James podría adelantar esta misma temporada si no sufre lesiones de importancia y continúa jugando la gran mayoría de partidos sería Shaquille O’Neal. El legendario pívot, que llegó a compartir vestuario con LeBron James, es el séptimo máximo anotador de la historia con 28.596 puntos.
Recordando a Malone
James comentó ayer antes del encuentro contra los Bucks una anécdota que pocos conocían sobre Malone. Según explicó el propio alero de los Cavs, James y Malone compartieron comida el día en el que James iba de botar en la NBA.
“Tenía habilidad para anotar, rebotear. Era muy dominante”, dijo James. “Fue el primero que vi en mi año de novato. Comí con él antes del partido, antes de mi primer encuentro en Sacramento. Vino a mi habitación en Sacramento, comimos y hablamos de ser un novato en la liga. Me contó un montón de historias”.
“Hablamos de trabajo y dedicación”, reveló James sobre esa conversación. “Lo que le des al juego, el juego te lo dará a ti. Ya tenía eso en mi cabeza, pero cuando lo oyes de alguien que ha logrado tanto, te impacta aún más”. James recordó el fallecimiento de Malone en septiembre de 2015 como un momento triste. “Fue triste cuando me enteré de su muerte. Siempre que le veía le llamaba ‘Tío Mo’ porque siempre se preocupó por mí”, añadió James.