Los nervios son un factor muy a tener en cuenta en eliminatorias a un partido. Ricky Rubio decía ayer que la selección española había salido nerviosa, y es que ni los más experimentados en este tipo de torneos se libran de los titubeos iniciales.
Nueva Zelanda, que había ganado sus últimos dos partidos de la fase inicial, sabía que ganar a Lituania iba a ser todo un reto, pero si encima, algunos de tus mejores jugadores no aportan en ataque –Abercrombie y Penney no anotaron en toda la primera parte–, se complica todavía más.
La primera mitad la dominaron los lituanos, pero apareció la, en este caso maravillosa, locura de Corey Webster –9 puntos en la primera parte– para reducir diferencias y dejar a su equipo a 10 puntos. 36-26 al descanso.
Luchar hasta llegar
Si hablamos de calidad, tanto individual como colectiva, el combinado lituano es claramente superior al neozelandés, pero en el baloncesto, como en tantos otros deportes, la brega ayuda a nivelar partidos.
Apoyados en una defensa más que seria y en el poco acierto desde el triple de los lituanos (6/23), Nueva Zelanda apretó el partido.
Valanciunas bien vale unos cuartos
La lucha de ‘los kiwis’ y las acciones individuales de Corey Webster, que acabó con 26 puntos, igualaron tanto el encuentro que hasta llegaron a ponerse por delante durante el último cuarto. Sin embargo, Jonas Valanciunas (22 puntos, 13 rebotes y 35 de valoración) terminó imponiendo su ley y metió a Lituania en cuartos de final.
El center de los Toronto Raptors se hartó a coger rebotes ofensivos (5) y su buen hacer defensivo fue vital para que su equipo se plantara en cuartos de final del Mundial 2014.
Al final, 76-71 para Lituania en un partido que se les complicó demasiado.
Foto: FIBA