El enfado de LeBron James tras caer ante unos Pelicans sin Anthony Davis no tuvo efecto inmediato en la cancha. Los Cavaliers sufrieron otra dolorosa derrota ante un equipo bastante por debajo del 50% de victorias tras caer en casa ante Sacramento por 112-116. Ni siquiera con tiempo extra, los vigentes campeones consiguieron superar a unos Kings más fiables en los momentos calientes.
Unos Cavs menores
De nada sirvió otro triple-doble de LeBron James (24 puntos, 13 rebotes, 11 asistencias), la brega de un Kevin Love (21 puntos y 16 rebotes) que fue protagonista involuntario de las noticias del día, o un Kyrie Irving menos genial de lo habitual que al menos alcanzó el aprobado (20 puntos y 6 asistencias). Y, como ante New Orleans, una buena actuación del «Big Three» de Cleveland no sirvió para asegurar el triunfo.
Por primera vez desde 2006, los Kings fueron capaces de vencer a domicilio a un equipo de LeBron James. Y lo hicieron sin un juego necesariamente brillante. DeMarcus Cousins rozó el triple-doble (28 puntos, 11 rebotes, 9 asistencias) a costa de un 11/30 en tiros de campo). Darren Collison aportó 23 puntos, y el novato Malachi Richardson dio la agradable nota de sorpresa con 12 puntos en 14 minutos. Pero, en situaciones normales, Sacramento se hubiera marchado de vacío ante unos Cavs a pleno rendimiento.
Final para Sacramento
Pero Cleveland pagó algunos errores demasiado caro. Un 0-10 de salida en su contra, 18 pérdidas de balón, un buen puñado de tiros libres fallados en los minutos clave y, a la postre, una defensa desapasionada en la prórroga. Receta que acabó costando a los Cavs su tercera derrota consecutiva. Solo la irregularidad de Toronto y Boston, los que estaban siendo sus principales perseguidores, ha evitado que su primer puesto en el Este se encuentre en serio peligro.
Para los Kings, esto supone segunda victoria consecutiva tras salir de un bache de resultados que les había hecho perder 8 de los 9 partidos anteriores. Aún vivos en la pelea por el 8º puesto del Oeste, el equipo de Dave Joerger está encontrando su equilibrio tras perder por el resto de la temporada a su segundo mejor anotador, Rudy Gay. Asaltar la cancha de los campeones, aunque en horas bajas, será un impulso para seguir su pelea.