Los Clippers violan el protocolo para conmociones con Austin Rivers

Para que no haya dudas, empecemos por la norma que dicta la NBA: Si un jugador puede haber sufrido una conmoción cerebral o muestra signos o síntomas de ello, será inmediatamente retirado de la participación y sometido a una evaluación por el personal médico en un ambiente tranquilo, y libre de distracciones, para poder realizarle una evaluación neurológica.

La regla parece clara. Pues bien. En el partido que disputaron el pasado sábado Los Angeles Clippers y New Orleans Pelicans en el Staples Center, Austin Rivers recibió en el rostro un codazo involuntario de Terrence Jones que le hizo caer inmediatamente al parqué. Sin moverle de la pista, fue atendido por los servicios médicos para ser trasladado posteriormente al banquillo, donde mostró claros signos de sentirse aturdido.

La acción ocurrió cuando restaban algo más de cuatro minutos para acabar el tercer cuarto y todo hacía indicar que no volvería a la pista; sin embargo, tras realizársele una evaluación en el banquillo, regresó a la cancha en los primeros compases del último periodo. El desenlace lo tenéis en el siguiente vídeo. Tardó una defensa, en la que se le vio lento de reflejos; un ataque, en el que soltó la bola y no sabía ni dónde colocarse; y una última defensa, en la que no pudo ni mantenerse en pie, antes de que su padre le sustituyese nuevamente para acabar yéndose al vestuario apoyado en sus compañeros.

https://www.youtube.com/watch?v=0AyrrjUJ6bE

¿Actuaron bien los Clippers? No. Tal y como señala la NBA, la evaluación, la cual realizaron en el banquillo, debe ser llevada a efecto en un «ambiente tranquilo y libre de distracciones». El banquillo, viendo a tu equipo jugar y con el ruido de la cancha, no puede cumplir jamás con esa función.

Dicho eso, cierto es que la liga permite que si un jugador supera la prueba, cosa que el propio Doc Rivers confirmó que así fue tras el partido, el jugador puede regresar a la cancha. El problema está en cuando esa evaluación falla como diagnóstico o simplemente no se hace de la manera correcta, caso de los californianos.

No son los primeros

Para no faltar a la verdad, ya hemos visto otros episodios en los que los equipos se han saltado el protocolo marcado por la liga. En el segundo partido de las pasadas Finales, los Cavaliers no evaluaron a Kevin Love de manera inmediata tras presentar síntomas de conmoción cerebral. Los Lakers, con Larry Nance Jr. en una situación parecida, le mantuvieron en pista varios minutos antes de sacarlo ante sus signos visibles de conmoción cerebral.

Difícil acertar

Tomando como premisa fundamental el no correr riesgo alguno para la salud de ningún jugador, quedaría por dilucidar hasta qué punto es acertado que un jugador no vuelva a pista tras un golpe de estas características. Es decir, si sufre una conmoción cerebral, reintegrarle al partido sería peligroso; pero si no la sufre, dejarle fuera sería lesivo para su equipo.


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