Y de nuevo de la mano de un gran pivot, no tan dominador como el de 1995, pero con una gran capacidad de mejora y que cuando explota es imparable: Dwight Howard. «Superman» destrozó a Cleveland con estadísticas no vistas en un center desde los buenos tiempos de Shaquille O´Neal: 40 puntos, 14 rebotes y 4 asistencias. A eso le añadimos un 12 de 16 en tiros libres y el 12 de 29 que consiguieron sus compañeros desde el arco y nos resulta una combinación a la que difícilmente se puede dar respuesta y que cuenta con muchas opciones de ser campeón.
Rashard Lewis (16 puntos, 8 rebotes), Rafer Alston (13), Hedo Turkoglu (10, 7 rechaces y 5 asistencias) y Courtney Lee (8) completaron el quinteto titular de Orlando. Mención especial para Mickael Pietrus ya que aparte de los 14 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias y 2 robos que aportó desde el banquillo, defendió como pocas veces se ha hecho en esta liga a «King» James. El francés fue el único jugador de los Magic que sumó puntos de los suplentes, tal vez por ello y porque la rotación fue de tan sólo 8 jugadores -cuatro titulares jugaron al menos 38 minutos-, los de Florida andan re-evaluando el estado físico de Jameer Nelson, lesionado desde febrero.
LeBron James realizó su partido más flojo de la serie (25 puntos, 7 rebotes, 7 asistencias). Salió del estadio sin hacer declaraciones y lo más grave, sin felicitar al rival. Aquí ha terminado la temporada para él y para una franquicia a la que muchos consideraban máxima favorita al anillo pero que también emitía señales muy dudosas: 6 derrotas -por una media de 13.8 puntos de diferencia- en 9 partidos contra los otros tres mejores equipos de la NBA, Lakers, Celtics y Magic. Aquí sólo está James, no hay Pau Gasoles, ni Ray Allens, ni Turkoglus. Y no nos engañemos, Mo Williams ha sido All-Star porque lo dijo Stern, no porque lo eligieran los entrenadores con derecho a voto.