Los Raptors se llevan un duelo con aroma retro ante New York

El 1 de noviembre de 1946, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, la BAA abria sus puertas en Toronto con un duelo entre los locales Huskies y los New York Knickerbockers, que acabaría con un resultado de 66-68 para el equipo visitante. 70 años y 11 días después, los Knicks regresaban a Toronto para enfrentarse al equipo que sucedió a los desaparecidos Huskies en la ciudad canadiense, los Raptors.

Ambos equipos homenajearon el que sería el primer partido de la historia de la NBA (la liga considera los tres años de existencia de la BAA como propios) vistiendo uniformes similares a los de la época. Los Raptors vistieron de azul, e incluso la cancha homenajeó a los Huskies, su primer equipo en la mejor liga del mundo aunque solo existiera un año antes de cerrar para siempre. El bonito escenario histórico tuvo además un final feliz para la afición canadiense, que veía como sus Raptors / Huskies ganaban por 118-107.

Un equipo bipolar

Los Knicks, eso sí, dieron guerra hasta los últimos minutos de partido. De forma particular, el equipo entrenado por Jeff Hornacek se apoyó en sus tres jugadores de más talento ofensivo: Carmelo Anthony (31 puntos), Derrick Rose y Kristaps Porzingis (21 puntos cada uno).

La superioridad de Joakim Noah en el rebote (4 puntos y 18 rebotes, 10 de ellos ofensivos) les permitió además arañar 19 puntos extra en segunda oportunidad. Más consistentes y con mejor acierto individual de sus estrellas, si bien la circulación de balón sigue siendo mejorable, New York aspiró a emular a los Knickerbockers de hace 70 años para sacar el triunfo de Toronto.

DeRozan de leyenda

Pero, si bien el ataque de los Knicks ha tenido momentos de brillantez esta temporada, su gran problema está en la defensa. Ante Toronto, un equipo con el anotador más en forma de la liga como DeMar DeRozan, no fue una excepción. El escolta volvió a ser una pesadilla acabando con 33 puntos, entrando a placer en la pintura y prolongando un principio de temporada para la historia.

En los últimos 50 años, solo leyendas del calibre de Michael Jordan (4 veces), Rick Barry (2), Kareem Abdul-Jabbar, World B. Free y Tiny Archibald habían acumulado al menos 300 puntos en sus primeros 9 partidos de la temporada antes de DeRozan. El jugador de los Raptors, que ha anotado ya 306 puntos en 2016-17, es el máximo anotador de la liga con 34,0 puntos por partido.

El despertar de Bebe

Pero DeRozan no estuvo solo, con Norman Powell aportando 19 puntos y el otro All-Star, Kyle Lowry, compensando su mala noche en el triple con 16 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Pero el héroe inesperado en los minutos calientes fue Lucas Nogueira. El pívot brasileño, que acabó con 6 puntos, 10 rebotes (4 ofensivos) y 5 tapones, parece explotar por fin su talento tras tres temporadas discretas.

Dos tapones de Nogueira a Carmelo Anthony y Derrick Rose en los últimos 80 segundos de partido cortaron cualquier posibilidad a los Knicks, dejando de paso a sus Raptors en solitario como el segundo mejor equipo del Este (empatado con Atlanta) con un balance de 7-2. Mientras tanto, los Knicks se atascan con 3-6 y se consolidan como el peor equipo defensivo (109,6 puntos encajados por 100 posesiones) de toda la NBA.


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