Los Warriors arrollan otra vez a los Lakers y ya mandan en la NBA

No fue una exhibición del calibre de lo visto dos días antes en Oakland, pero Golden State no falló en su reencuentro con los Lakers. Los Warriors solo necesitaron algunos chispazos de talento para superar por 85-109 a unos tocados Lakers, con tres titulares habituales de baja por lesión. Sumando este triunfo a la derrota de los Clippers en Detroit, el equipo entrenado por Steve Kerr se convierte en líder de la NBA por primera vez en esta temporada.

Los Lakers volvieron a tener ausentes por problemas físicos a los jóvenes D’Angelo Russell y Julius Randle, dos bajas importantes a las que se sumó el enrachado Nick Young por culpa de un esguince en un dedo del pie. La falta de profundidad de banquillo acabó pesando ante un rival demasiado duro. Pese a un 5-0 inicial prometedor para los Lakers que forzó un rápido tiempo muerto de Steve Kerr, el partido cambio pronto de color en beneficio de unos Warriors intratables.

Sin rival

Kevin Durant (29 puntos, 9 asistencias y 6 rebotes) y Stephen Curry (24 puntos, 5 asistencias, 5 rebotes y 3 robos) mostraron pronto la gran diferencia de talento entre Golden State y los diezmados Lakers. El equipo angelino pagó desde el principio su falta de pegada. Jordan Clarkson, titular en el puesto de Nick Young, alcanzaría los 20 puntos, pero el 35,6% en tiros de campo del equipo y sus 18 pérdidas fueron demasiado lastre ante Golden State.

Tras remontar su flojo inicio, los Warriors dominaron con suficiencia el resto del partido pese a llevarse un susto en el tercer cuarto. Un tropiezo de Ian Clark intentando defender una entrada a canasta de Lou Williams acabó con el reserva de Golden State en el suelo y con Draymond Green cayendo sobre su cabeza, torciéndose el tobillo en la acción. Ambos tuvieron que irse al vestuario para no volver, aunque en un principio sin consecuencias importantes para futuros partidos.

Las dudas de Kerr

Tras el partido, pese a la paliza a su favor y su 10ª victoria consecutiva, Steve Kerr afirmó que el del Staples Center fue «uno de los peores partidos de baloncesto que he visto en mi vida». Posiblemente una exageración (los Warriors jugaron los suficientemente bien para sumar 30 asistencias y firmar un 51,8% en tiros de campo), pero a la vez sirve de toque de atención ante pruebas más exigentes.

Eso sí, de primeras Golden State tendrá ahora una serie de cinco partidos consecutivos en casa, con Atlanta y Houston como sus rivales potencialmente más peligrosos. A continuación, eso sí, tendrá que afrontar una gira de cinco partidos a domicilio con un fascinante regreso a Los Angeles para enfrentarse el 7 de diciembre a los Clippers, el equipo al que destronaron este viernes como líder de la NBA con un balance de 14-2.


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