Kevin Durant ya está acostumbrándose a la vida en los Warriors. Con el tráfico de la Bay Area (bastante más convulso que el de la pequeña Oklahoma City) como su única queja, el alero ha completado sus primeros entrenamientos con su nuevo equipo. Y las primeras conclusiones es que su rol no debería cambiar sustancialmente pese a estar rodeado de All-Stars. Con su debut en pretemporada acercándose, Durant es consciente de la importancia que tendrá en el ataque de Golden State.
«Hoy lancé mucho, pero Draymond (Green) me dijo que no estaba siendo lo suficientemente agresivo», admitió Durant tras su entrenamiento del jueves en declaraciones recogidas por ESPN. «Así que eso es bueno para mi». El alero, máximo anotador de la liga en cuatro ocasiones (2010, 2011, 2012 y 2014) se mostró encantado por la confianza recibida hasta el momento en los Warriors tras abandonar los Thunder, su único equipo profesional hasta entonces.
Licencia para tirar
«Todo el mundo está intentando que me sienta cómodo», afirmó Kevin Durant. «Viniendo de mi, solo estoy intentando ayudar a los demás. Pero cuando tienes a compañeros que son altruistas y que quieren que te vaya bien, se nota. Se nota también en la cancha». El primer partido de Durant con su nuevo uniforme será este mismo sábado, en Vancouver, ante los Toronto Raptors. Será la primera muestra de cómo funcionará la química con el resto de compañeros.
Pero, de momento, todo es felicidad, al menos mientras siga teniendo libertad para lanzar. «Para eso me trajeron», exclamó Durant. «Quieren que salga ahí y sea yo mismo. No voy a jugar tímidamente o no molestar a nadie, pero todavía voy a intentar ser yo mismo. Nadie me está diciendo que estoy lanzando demasiado».