Tras salir por la puerta de atrás de los Phoenix Suns, Marcus Morris ha encontrado la felicidad en los Detroit Pistons de Stan Van Gundy. Considerado por su propio técnico como uno de los jugadores más importantes de la plantilla, el gemelo afronta su nueva temporada en la Motor Town con mucha ilusión y espera repetir presencia en los playoffs.
«Sin lugar a dudas. Este es el sitio en el que más cómodo me he sentido», destacó a NBA.com. «También es el más seguro desde que estoy en la liga. Solo creo en mi trabajo, y Stan cree en mi trabajo también. Ha sido así conmigo desde que llegué aquí», agregó.
Lo cierto es que Morris, bajo la batuta de Van Gundy, ha mostrado la mejor cara de su carrera. Enfrascado entre la posición de ‘tres’ y ‘cuatro’, Marcus ha promediado 14,1 puntos, 5,1 rebotes, 2,5 asistencias y 35,7 minutos en 80 partidos oficiales.
Van Gundy le pide más
Tras su clara progresión, Stan Van Gundy le pide un pequeño esfuerzo y espera que se convierta en uno de los líderes de la plantilla: «Definitivamente voy a aceptar el reto de Stan. Voy a estar a la vanguardia y voy a demostrar que puedo ser un líder en este equipo. Realmente lo demuestro con mi trabajo a diario. Entro y me dejo la piel en la pista. El entrenador me dice cuando hago bien las cosas o cuando no. Pero siento que van a pasar cosas buenas para mí. Respeto el baloncesto. Trato de dar ejemplo».
«Haré lo que sea necesario para que los Detroit Pistons vuelvan a los playoffs la próxima temporada. Eso es lo que estoy dispuesto a hacer», destacó Morris.
La química perfecta
El buen ambiente que respira el vestuario de los Pistons no escapa a nadie. La gerencia ha dado con la tecla y ha conseguido compactar un grupo joven y de gran proyección formado por hombres de la talla de Reggie Jackson, Andre Drummond, Kentavious Caldwell-Pope o Tobias Harris.
«Esta es una situación única», admitió. «Lo primero de todo, es Detroit. Para un chico como yo, esta ciudad es el ajuste perfecto. Sabemos que tenemos que ser duros. Mis compañeros están dispuestos a trabajar, están dispuestos a hablar entre ellos, dispuestos a salir a cenar y divertirnos todos juntos. El año pasado cuando nos eliminaron de los playoffs nos quedamos muy dolidos. Pero todos hemos venido con el chip cambiado. Este año, con las aspiraciones más altas, los chicos han madurado y comprenden mejor el juego», explicó.