Era la temporada regular 2001-02. Un veterano como Michael Jordan daba sus últimos coletazos como profesional vistiendo el uniforme de los Wizards. En el lado opuesto, Richard Hamilton era un recién llegado a la NBA que luchaba por hacerse un hueco entre los mejores.
Hamilton, ya retirado, ha querido rescatar una curiosa anécdota a los micrófonos de ESPN. Durante un entrenamiento vivió de primera mano el famoso trash talking de Jordan. «Mis zapatillas son para All-Stars», le replicó el número 23. Por aquel entonces ‘su majestad Jordan’ no le consideraba lo suficientemente apto como para vestir su firma deportiva.
Para Hamilton, que empezaba a despuntar en la liga como un fiero anotador, fue la perfecta motivación para mejorar y conseguir sus objetivos. El primero, convertirse hasta en tres ocasiones miembro del All-Star Game (2006, 07 y 08), y el segundo, ganarse el derecho propio a calzar la firma deportiva durante el resto de su carrera como profesional.
Hamilton, escogido en el puesto 7º del Draft 1999, atesora 921 partidos oficiales con un promedio de 17,1 puntos, 3,1 rebotes y 3,4 asistencias en 32,1 minutos de juego.