Provocaba una grata sensación, casi una sonrisa cómplice, leer en nuestro foro la cantidad de vosotros que se he decantado estas noches por sintonizar el partido de los Philadelphia 76ers… sólo por ver en acción a Joel Embiid.
Desde ya, se ha convertido en uno de esos jugadores por los que merece pagar una entrada o un League Pass. Cuando tanto centímetro bípedo y móvil es capaz de destilar semejante plasticidad y clase, no queda otra que rendirse… y gozar. La bestia novata, dos años en la mazmorra, promedia de momento 17,3 puntos y 6,3 rebotes en sólo 21 minutos esta liga. Estamos sin duda ante alguien especial.
Al menos, Patrick Ewing, antigua estrella de los New York Knicks —culpable de que los Monstars casi derrotaran a los Tune Squad de MJ— y actual ayudante de los Charlotte Hornets, piensa lo mismo. Sixers y Hornets se enfrentaron anoche, con victoria para los segundos, pero Embiid desafortunadamente no saltó a la cancha por restricción de los médicos, quienes por ahora le aconsejan evitar los back-to-back.
¿Continuidad y tiempo cómo únicos obstáculos?
No obstante y por si acaso, Steve Clifford había estando analizando vídeos del pívot junto a Ewing; y éste le reveló al coach que el diamante de los 76ers «podría ser tranquilamente el center más talentoso de toda la liga», y eso lo dice Pat; un center de los más talentosos que ha habido en la historia de la liga; así que crédito, todo el del mundo.
«Puede tirar. Puede botar. Puede pasar. Tiene un buen sentido del juego. Tiene tenacidad, tamaño y fuerza», lo describió/ensalzó Clifford.
Es cierto que aún tiene por delante a pívots que a día de hoy dominan la liga por delante de él —dominio no es sinónimo de talento—; Cousins y Drummond por poner sólo dos ejemplos. Pero que se convierta en una realidad de cuasi unánime reconocimiento —la de pívot más dominador de la NBA—, puede que sólo sea cuestión de tiempo.