Adaptarte a los jugadores que tienes. Esa es la máxima que todo buen entrenador aplica en sus equipos, más que intentar imponer un sistema aunque el tipo de materia prima con el que trabajes no sea la adecuada para esa función.
Gregg Popovich es muy de esta filosofía. El frontcourt de los Spurs promete grandes batallas esta temporada con Pau Gasol y LaMarcus Aldridge, y el técnico intentará sacarles el máximo partido. Y es que si tienes hombres grandes, has de jugar con hombres grandes; y si los que posees tienen otras habilidades más relacionadas con la velocidad y el tiro exterior, tendrás que jugar de otra forma. Eso es exactamente lo que sucede en los Warriors.
Popovich no cree que estemos viviendo la era dorada del small ball, sino que más bien se ha dado una circunstancia concreta en un equipo en el que sus jugadores más potentes destacan en esas facultades fuera de la pintura.
«Los Warriors son una anomalía», dijo el entrenador para San Antonio Express-News. «[Juegan así] por el grupo de jugadores que tienen. Y son unos monstruos en eso. Definitivamente son el equipo de la liga más difícil de defender».
Para Pops, «el resto de equipos, los otros 29, somos una especie de híbrido [en el juego que hacemos]. Todo el mundo trata de ser flexible. Ningún equipo va a jugar siempre con big ball o con small ball. Cada partido, los equipos juegan small durante una parte, y luego big en otros momentos. Esa es la manera en la que funciona».