Previa NBA 2015-16: Portland Trail Blazers

Ante el inminente comienzo de un nuevo curso en la NBA, hacemos un repaso a los 30 equipos de la competición de cara a la temporada 2015-16. Hoy nos centramos en los Portland Trail Blazers.

Portland Trail Blazers

Entrenador: Terry Stotts.

Plantilla:

  • Bases: Damian Lillard, Tim Frazier.
  • Escoltas: Gerald Henderson, C.J. McCollum, Allen Crabbe, Pat Connaughton.
  • Aleros: Al Farouq Aminu, Maurice Harkless, Omari Johnson, Luis Montero.
  • Ala-pívots: Ed Davis, Noah Vonleh, Cliff Alexander.
  • Pívots: Meyers Leonard, Mason Plumlee, Chris Kaman.

Salarios: 50.321.600 $, 30º equipo con mayor carga salarial en la NBA.

 Agentes libres 2016

  • Sin restricciones: Gerald Henderson, Chris Kaman.
  • Con restricciones: Meyers Leonard (C), Maurice Harkless (C), Tim Frazier (C), Allen Crabbe (C), Cliff Alexander (E).

Leyenda: (E) opción equipo; (J) opción jugador, (F) posibilidad finalización anticipada, (C) oferta cualificada.

Análisis: Damian Lillard y una reconstrucción inesperada

Miércoles 29 de abril de 2015. FedExForum. Marc Gasol lidera a los Memphis Grizzlies con 26 puntos y 14 rebotes en una victoria que cierra la serie 4-1 y que deja fuera de Playoffs a Portland Trail Blazers. Séptima vez en las últimas ocho visitas a la postemporada que los Blazers caen en primera ronda. ¿La excepción? 2014, con un triple sobre la bocina de Damian Lillard que permanecerá durante mucho tiempo en el imaginario colectivo.

Aquel día supuso el comienzo del fin de un equipo al que todos conocíamos de memoria. Lillard, Matthews, Batum, Aldridge, Lopez. Ya en el partido podemos buscar simbología con los 33 puntos de C.J. McCollum o la salida de LaMarcus Aldridge por superar el límite de faltas pero en ese momento pocos esperaban lo que iba a suceder después: el éxodo.

La historia es de sobra conocida. Aldridge se convirtió en agente libre y tras 9 años siendo referencia en Portland decidió volver a su Texas natal para unirse a un equipo que asegura luchar por campeonatos en el más corto de los plazos, San Antonio Spurs. Perder a tu estrella, a tu símbolo, a cambio de nada, duele. Pero el GM de los Blazers Neil Olshey y su entrenador Terry Stotts no tardaron en secarse las lágrimas y ponerse a trabajar, no había tiempo que perder y tocaba aceptar una dolorosa realidad: era tiempo de reconstrucción. Podrían haber seguido peleando pero sabían que el camino más corto hacia el éxito estaba obstruido y que si querían llegar a la meta era necesario dar un rodeo.

Por esa razón apenas lucharon para retener a todos los que siguieron al ’12’ en su salida. Wesley Matthews, Nicolas Batum (traspasado), Robin Lopez, Arron Afflalo, Steve Blake (traspasado), Dorell Wright, etc. Solo 6 de los 15 que integraban la plantilla 2014-15 seguirán este año: Damian Lillard, Tim Frazier, C.J. McCollum, Allen Crabbe, Meyers Leonard y Chris Kaman. Olshey se ha plantado frente a las ideas que defienden franquicias como Minnesota Timberwolves y, sobre todo, Philadelphia 76ers. Quiere demostrar a Sam Hinkie que para reconstruir no es necesario el tanking más exagerado y entregado, quiere seguir la senda que actualmente abanderan los Golden State Warriors, que crearon un equipo campeón sin tener que acumular números 1 del Draft.

Para ello se ha llenado el equipo de jóvenes valores, de contratos largos que generan tranquilidad, compromiso, que crean un núcleo y que ofrecen la oportunidad a estos jugadores de demostrar que pueden tener un sitio en los Blazers del futuro. Además, el margen salarial no podía ser más amplio en vísperas de la llegada del dinero de la televisión, la franquicia gasta menos que nadie y su movilidad y flexibilidad de cara a los próximos años es envidiable. Algo estuvo cerca de cambiar estas frases, la oferta por el máximo al pívot de Oklahoma City Thunder Enes Kanter, en lo que algunos consideran una jugada maestra para comprometer salarios en un rival de división que estaba ‘obligado’ a igualar y que está llamado a suceder a los de Portland como campeones de la Northwest.

Alis volat propriis. Es el lema oficial del estado de Oregón y su traducción desde el latín sería: «Ella vuela con sus propias alas». Lo ha hecho LaMarcus Aldridge y lo hará Damian Lillard. Es su hora y es su año. Ha demostrado que las miradas no pesan en sus hombros y que está listo para tomar el bastón de mando y guiar al equipo en esta travesía. A sus 25 años ya ha estado en dos All-Star y en sus tres años de carrera, en los que promedia 20,2 puntos y 6,1 asistencias, ha metido 599 triples, una cifra que deja lejos al segundo clasificado de este ranking.

Las preguntas son: ¿Cómo le afectará tener tanto peso en el ataque? ¿Mejorará en defensa? ¿Será un nuevo Stephon Marbury o seguirá el camino de Stephen Curry? Esta última es la clave y se relaciona con otra más general: ¿Tirará Lillard del proyecto o se sumergirá en un mundo de flashes individuales y noches de desenfreno anotador, sentado en un contrato de 120 millones en 5 años? No se puede aventurar nada y se antoja justo pensar de antemano que Lillard está implicado con la causa de Olshey y Stotts. No ha dado motivos para pensar lo contrario.

Tim Frazier será uno de los encargados de recibir sus minutos de descanso y hasta C.J. McCollum podría dirigir el ataque en ciertos momentos según palabras del entrenador. McCollum es uno de los jugadores a seguir esta temporada, sobre todo tras irse hasta los 17 puntos y 4 rebotes de media en la serie contra Memphis con picos como el que comentábamos al inicio, siendo 3º de su equipo en PER (16,1) y anotando un 48% de lo que lanzó desde el perímetro, que fueron casi 5 tiros por encuentro. Su techo y el de otros jóvenes del equipo, Lillard incluido, todavía no lo conocemos, y de la altura que alcance con respecto al suelo dependerá el futuro a corto y medio plazo de los Blazers, que a esta hora son en gran parte impredecibles. Compitiendo el puesto de escolta titular a McCollum se encuentra Gerald Henderson, anotador, un clásico de Charlotte que a sus 27 primaveras es ya uno de los veteranos de esta escuadra.

Veremos qué puede aportar el rookie Pat Connaughton, que llegó de la mano de Mason Plumlee en un intercambio por Steve Blake y Rondae Hollis-Jefferson. Y por si fuera poco, Allen Crabbe, que muestra signos de clara progresión y que también podría ver minutos como ‘3’. Al-Farouq Aminu es una pieza muy interesante de la nueva plantilla, un -por ahora- proyecto de DeMarre Carroll que no ha salido barato pero que estará deseando aprovechar la oportunidad que se le brinda. Los Blazers, al fin y al cabo, podían permitírselo. Desde el banquillo saldrá Moe Harkless, desaprovechado en Orlando y una apuesta de futuro de las que pueden dar mucho rédito a largo plazo.

En el juego interior la revolución ha sido total. Stotts ha creado un equipo lleno de perfiles específicos y ha atraído a jugadores cuya idea de juego pueda girar en torno al motor de la franquicia que es Damian Lillard. Los Ed Davis, Mason Plumlee, Meyers Leonard, Noah Vonleh y Cliff Alexander. Chris Kaman merece un aparte y un saludo como gran veterano entre tanto joven emergente, aunque puede que en un futuro no muy lejano se vaya de Portland y deje como herencia alguna ronda de Draft. Los demás -todos recién llegados salvo Leonard- van a cambiar el estilo de juego de los Blazers. Los pases, los vuelos, el pick and roll y el pick and pop serán los nuevos reyes del Moda Center.

La pintura ha quedado huérfana tras el adiós de Aldridge y Lopez y el relevo rompe con los viejos esquemas: 681 veces jugaron al poste la pasada temporada estos dos jugadores por las 222 que sumaron Vonleh, Davis, Plumlee y Leonard. Este último se ha convertido a sus 23 años en una de las grandes esperanzas y representa el paradigma del cambio: su muñeca le ha llevado a un 51% de acierto en tiros de campo y un 42% en triples (cuando casi la mitad de sus lanzamientos totales han sido de 3), así como a un 93,8% desde la línea de tiros libres. Además, fue el mejor del equipo en Playoffs en términos de box score con un +6,5.

Eso no impide que la defensa y el rebote vayan a seguir presentes. Stotts podrá enseñar a estos pequeños grandes jugadores los fundamentos que inculcó en sus predecesores y añadirlos a un arsenal en el que predomina el juego sobre el aro, es decir, lo atlético y hambriento de una nueva generación que llevará espectáculo a una afición de Oregón con la que no tardarán en conectar. Sobre todo porque en Portland ya saben lo que espera, una reconstrucción. Un proceso que nunca es agradable y que cuenta con momentos difíciles de tragar. Pero si algo han conseguido Neil Olshey y Terry Stotts es amortiguar la caída y crear ilusión para el camino. Será largo, tendrá curvas y baches pero no se hará de rodillas, lo comandarán unos jugadores jóvenes que seguirán luchando por volver a la senda correcta cuanto antes.

El dueño de la franquicia, Paul Allen, es el primero que ha comprado la idea: «Cuando abrazas este proceso y ves lo que los nuevos jugadores son capaces de hacer es excitante. Y va a ser una temporada emocionante para los aficionados».

¿Pueden alcanzar los Playoffs?

En otro lugar o en otro momento quizás; a día de hoy y en el Oeste, no. No obstante y con todo lo dicho, los Blazers no tienen pinta de ser un equipo que baje los brazos y se deje arrastrar a una temporada patética cerrando la clasificación de la NBA. Si tras los 82 partidos están ahí será porque no han podido dar más. Lillard y su séquito emergente darán más de una sorpresa a los equipos acomodados de la liga y dejarán grandes noches en un año en el que primará el desarrollo de jugadores y la explosión del nuevo líder absoluto de Portland.


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