Una vez que Rajon Rondo ponga punto y final a su carrera como jugador tiene muy claro cual será su siguiente trabajo, entrenador de la NBA. El actual base de Chicago cuenta con una mente privilegiada para el baloncesto y su anticipación resulta a veces inverosímil.
Cuenta Rick Carlisle que, minutos antes del frenético final (y victorioso) contra los Bulls, ni se planteó pedir un tiempo muerto antes de ejecutar la jugada a través de Wesley Matthews. «Creé cierta incertidumbre», dijo Carlisle. «Además, Rajon (Rondo) conoce todas las jugadas», añadió.
Rondo, inteligente como pocos en la pista, tiene como objetivo colgar las botas en unos seis o siete años. A partir de ahí, a esperar que alguna franquicia le reclame como jefe de banquillo. Un caso parecido al de Jason Kidd, quien pocos meses después de anunciar su retirada de las pistas se convertía en el coach de los Brooklyn Nets. «Por supuesto que quiero entrenar», reconoció.
«Desde que saliera de Boston me he estado preparando para entrenar. De verdad», destacó Rondo en declaraciones al Chicago Tribune. «Estudio a todos mis entrenadores. Veo como se mueven, los tiempos muertos que piden, las jugadas que dibujan en los tiempos muertos, como organizan los entrenamientos, los discursos que nos dan… Intento seguirlo todo», explicó.
Y precisamente malos entrenadores no ha tenido a lo largo de su carrera deportiva. Doc Rivers en Boston, Rick Carlisle en Dallas, George Karl en Sacramento… Todos ellos con un currículum impresionante, y en el caso de Doc y Rick, campeones de la NBA.