Día de palos hoy para los New York Knicks. La noticia de la jornada es sin duda el despido de Derek Fisher de un conjunto cuya temporada no refleja una debacle tan grande (analizando su plantilla) como para una decisión tan drástica. Sin embargo, la decisión está tomada con el objetivo de hacer al equipo más competente a medio plazo. Pues ya tenemos, directo y en la frente, el primer rapapolvo.
Una de las posiciones más desguarnecidas, aunque duela decirlo, es la del base. Y es que José Manuel Calderón está lejos del nivel que desarrolló durante años en los Raptors y su breve paso por Dallas. Los 34 comienzan a hacer mella. En Langston Galloway y Jerian Grant hay millas de optimismo por delante, pero en la Big Apple necesitan talento en la dirección ya, pues Carmelo no durará siempre.
Rajon Rondo era y es una de las alternativas que vigilan con más codicia. La primera opción en la agencia libre, y que se rumorea sin cautela, es la de Mike Conley; pero todo apunta a que su fidelidad está con los Grizzlies y hay pocas posibilidades de que los cortejos que emanen del Madison lleguen a funcionar. El segundo en la lista sería el point guard de los Kings, cuya hoja de asistencias empieza a asombrar y a rivalizar incluso con la que trazara durante su auge en Boston.
El triángulo ofensivo
Razón no le falta a Rondo para entender la opción de firmar por los Knicks como errónea, pues ahí manda y dispone Phil Jackson, y ya sabemos de qué pie cojea el coleccionista de anillos. Si fichas al ‘Maestro Zen’ estás fichando, quieras o no, un estilo de juego. Jackson no entiende de adptaciones, al menos por parte de su pizarra. Son los jugadores quienes deben adaptarse a ella, por lo que la confección de la plantilla, para asegurar el éxito, mejor hacerla a su gusto.
Y ahí, el propio Rondo, no se ve a sí mismo como la pieza del tetris ansiada para que todo encaje. «El triángulo no es un buen sistema para mí, realmente no lo creo», asegura para ESPN. «El entrenador y el estilo de juego. Esas son las cosas más importantes para mí. No me gustaría ir a un sistema de juego donde yo no tuviera realmente la pelota en mis manos y deba quedarme esperando en la línea de tres».
Y es que precisamente en eso consisten las labores de un base en el mil veces debatido esquema. Un base tirador. Mike Conley cumple a medias con ese perfil. Rondo desde luego no. Curiosamente, este año está registrando los mejores porcentajes de su carrera desde la larga distancia (36,2%), pero son insuficientes para un base cuya media en una década en la NBA es del 28%.
Rondo es un base eminentemente pasador. De hecho, esta temporada que está siendo descomunal en lo personal, algo que no se refleja en el equipo, —que se lo digan a Cousins— también proyecta sus mejores cifras en asistencias, con 11,8, y de terminar así superaría las de su mejor año hasta ahora, con 11,7 en el curso 2011/12.
Sin duda, en estas condiciones, Rondo y los Knicks nunca deberían entrelazar sus caminos.