32 fueron los minutos que Derrick Rose estuvo en cancha ante los Cavaliers, y durante todo ese tiempo el base jugó viendo totalmente borroso.
El jugador de los Bulls sigue recuperándose de una fractura en el hueso orbital cercano a uno de sus ojos, pero ayer tanto él como el cuerpo médico decidieron que participase aún arrastrando estas incómodas molestias en su visión.
“Me gustaría que fuera un parpadeo, pero me pasa durante todo el tiempo”, confesó Rose tras el partido de anoche. “Ahora, veo doble”.
El point guard también señaló que el único ojo que mantenía abierto mientras estaba en cancha era el derecho, lo que bien sirve para explicar la complejidad de lo que está viviendo.
“Tengo que cerrar mi ojo izquierdo. Me acostumbré a hacerlo en los entrenamientos. Quizás ha habido un par de bandejas que podría haber hecho y al final no, pero quiero ser cuidadoso. Mientras estoy jugando, quiero seguir aportando cosas positivas y ayudar a mis compañeros a ganar”, añadió el jugador.