Una decena de minutos. Esa ha sido la confianza en forma de minutaje que le ha dado Derek Fisher a Kevin Seraphin mientras ha sido head coach de los New York Knicks. Ahora, tras una pequeña revolución en la sección de recursos humanos, Derek Fisher se ha quedado sin empleo y quien fuera su segundo, Kurt Rambis, ha sido ascendido a entrenador jefe. Y algo que puede provocar inquietud o incertidumbre en algunos, puede significar una oportunidad para otros.
Seraphin llegó a la Big Apple con la intención de ser una pieza importante bajo los aros, pero lo cierto es que Robin Lopez —en clara mejora— y Kristaps Porzingis —de hobby: ‘callador de bocas’— acumulan la mayor parte de los minutos disponibles desde la titularidad. Luego, Kyle O’Quinn le adelanta en la rotación. Y todo ello cuando los Knicks no juegan al small ball con Derrick Williams y Carmelo Anthony alterándose en la botella.
Es por ello que ahora, con nuevo entrenador, nuevo examen de conocimientos. Aunque es cierto que el hecho de haber sido hasta el momento asistente de Fisher hace que poco o nada pueda sorprenderle, Rambis, ahora con el mando absoluto, puede decorar la casa más a su gusto.
Ya lo nota
Con cuentagotas pero ya existe un ligero cambio de aires en la veleta. Contra los Wizards —el equipo de su vida— el pívot estuvo en cancha 15 minutos pero, a sus 26 años, Seraphin no se conforma y quiere más. «No hago ninguna reflexión [sobre el cambio de entrenador]. No soy el general manager», ha dicho para el Daily News. «Sólo espero poder tener más tiempo de juego. Ese es el objetivo. Es una nueva oportunidad, sin duda».
En lo que llevamos de campaña y con sus escaso bagaje en pista, Seraphin acumula una media de 3,8 puntos, 2,2 rebotes y 1,1 asistencias.