Una de las elecciones recientes de primera ronda que más discretamente ha pasado por la NBA es Sergey Karasev. El alero ruso fue seleccionado en 2013 por los Cavs en 19ª posición, pero ni en Cleveland ni en Brooklyn, el equipo al que fue traspasado un año después, Karasev dejó huella, promediando 3,0 puntos y 11,7 minutos en los escasos 95 partidos que disputó. De vuelta a su país natal, eso sí, Karasev ya planea su segunda oportunidad en la mejor liga del mundo.
Tras firmar contrato con el Zenit de San Petersburgo, Karasev afirmó en una entrevista al medio ruso Sports Daily que su regreso a su país natal “es un desafío para mí. Sentirme como un líder, probarme a mí mismo que estoy listo para este rol. Quiero ser una de las personas claves en un equipo, no jugar solo durante 10 minutos. Espero que el Zenit sea exitoso en la VTB League (la liga multinacional donde militan los mejores equipos rusos) y entonces será posible poder volver a la NBA”.
Karasev, eso sí, quiere pasar primero por la mayor competición europea. “Firmé un contrato de dos años con el Zenit. Idealmente, ganaremos una plaza en la siguiente Euroliga”, afirmó. “Me considero a mí mismo como un jugador de nivel Euroliga. Sería más fácil para mí probar que estoy listo para regresar a la NBA tras jugar una temporada en la Euroliga”. Un plan para el futuro cercano con una facilidad extra: su padre Vasily Karasev será su nuevo entrenador en el Zenit, garantizando un mejor panorama que el que el alero se encontró en su nada memorable etapa NBA.