Llegó con 19 años a Boston, y tras pasar nueve temporadas lejos de Massachusetts, regresa a los Celtics arropado por quienes ven en él, entrenador y compañeros, un gran fichaje que puede ayudar a que el equipo siga creciendo.
Hablamos de Gerald Green, un jugador conocido desde sus inicios por su espectacularidad –ganó el concurso de mates de 2007– y que a día de hoy es mucho más que eso, algo que una de las voces autorizadas del vestuario, Isaiah Thomas, alaba sin titubeos.
«Nos va a ayudar. Puede tirar, es atlético –algo que realmente no tenemos– y puede crear las jugadas por sí mismo. Cuando estábamos juntos en Phoenix, era duro el hecho de jugar tan bien juntos y tener otros dos bases tan buenos. Estoy emocionado porque funcione. Él ya ha estado aquí, así que nada es nuevo. Sé que va a ayudarnos y que está emocionado por ello. Está preparado para esta oportunidad. Es más maduro», expresa en declaraciones a ESPN.
Un seguro desde el banco
Tras un comienzo complicado en la NBA, Green decidió jugar en el extranjero desde 2009 hasta 2012, una elección que vista con el ventajismo del presente fue todo un acierto, ya que desde ese momento pasó a ser uno de los jugadores más fiables –y determinantes– desde el banquillo. Así, en su segundo curso con los Suns, el 2014-15, se marchó hasta los 11,9 puntos en 19,5 minutos por partido, mientras que el pasado, ya en los Heat, finalizó con 8,9 puntos en 22,6 minutos por noche.