Ya dijo Earl Watson que la actual temporada no iba de ganar partidos, algo que a día de hoy es un hecho consumado por un equipo que ya ha dicho adiós –no matemáticamente– a sus opciones de playoffs. Con esa perspectiva, el entrenador de Phoenix Suns entiende que es el momento perfecto para conocer qué puede aportar cada uno de sus jóvenes talentos; tanto es así que no ha dudado en dejar sin jugar a veteranos para que los primeros tengan el tiempo necesario.
Justo en esa situación se encuentra Tyler Ulis. Con tan solo 21 años, este base seleccionado en el puesto 36 del pasado Draft ha pasado de alternar noches de juego con otras en blanco, a ver como su participación aumenta hasta los 14,7 minutos en tres partidos consecutivos. No es casual, Watson quiere saber qué jugador tiene entre manos.
«Tenemos que ver si Tyler Ulis puede ser un base dominante con el balón en sus manos jugando con la segunda unidad. Hacerle jugar con Brandon Knight no tiene sentido porque a veces, si no la mitad de las veces, Tyler terminará estando lejos de la pelota. Tenemos que ver si Tyler puede ser ese tipo», explica en declaraciones recogidas por Arizona Sports.
La actuación que tenga Tyler no tendrá solo importancia a nivel personal, ya que Watson afirma que dependiendo del jugador que se encuentre, tomará una decisión u otra respecto al resto de integrantes del backcourt.
«Si Tyler termina siendo ese tipo de jugador, entonces necesitaremos ver si es mejor tener un escolta como Leandro Barbosa, que puede correr la cancha, abrirla y jugar estando lejos de la pelota, o si conviene más tener otro capaz de manejar el balón como Brandon Knight, que inicie jugadas junto a Tyler Ulis».
La imagen de Kentucky
Con solo 9,4 minutos por partido hasta el momento, complicado es hacerse una idea de qué nivel puede alcanzar en la NBA. Por ello, por ahora toca quedarse con su etapa universitaria de Kentucky. Allí, en un segundo año en el que fue indiscutible en el puesto de base, se marchó hasta los 17,3 puntos y 7 asistencias en 36,3 minutos por partido. En aquel momento demostró tener más cualidades organizativas que las propias de un puro anotador.