Una mágica noche de Irving y LeBron salva a los Cavaliers

El trofeo Larry O’Brien no se quedó anoche en Oakland. Los Cavaliers aprovecharon la ausencia de Draymond Green y un partido de leyenda de LeBron James y Kyrie Irving (41 puntos cada uno) para mantenerse con vida por al menos tres días más. Los Warriors, tras responder a lo grande durante la primera mitad gracias a un impresionante Klay Thompson, perdieron el equilibrio y las energías tras el descanso, cayendo al final por un abultado 97-112 aunque manteniendo su ventaja en la serie, ahora de 3-2. La fiesta prevista en el Oracle Arena quedó de esta forma suspendida hasta nueva orden.

Duelo de cambios

En el quinto partido de la serie, habos equipos salieron con un quinteto cambiado respecto al duelo anterior, uno por obligación y otro por elección propia. Steve Kerr apelaba el espíritu de las Finales de 2015 sacando de inicio a Andre Iguodala por el suspendido Draymond Green, mientras que Tyronn Lue volvía al plan inicial de Cleveland, con Kevin Love regresando al cinco inicial en sustitución del veterano Richard Jefferson.

Y los cambios tenían un mejor efecto para Golden State de salida. Un robo a LeBron James terminado con contraataque arrancaba el partido para Andre Iguodala. Muchos más activos en defensa, los Warriors empezaban a abrir hueco ante la impotencia de unos Cavaliers que tardaron en entrar en calor. Forzados por la baja de Green (recordada constantemente por los aficionados con gritos de «Free Draymond!»), los Warriors apostaban al principio por mantener a un pivot puro en cancha, ya fuera Andrew Bogut o Festus Ezeli, lo que sirvió para permitirles dominar la zona ante Tristan Thompson.

Primera mitad de leyenda

Cleveland, eso sí, se encontraba con un inspirado J.R. Smith, quien quitaba algo de presión a LeBron James y Kyrie Irving en la alineación. Entre los tres jugadores monopolizaron toda la anotación de los Cavs en el primer cuarto, que terminaría con un 32-29 para Golden State más ajustado de lo que estaba pareciendo en la pista. Algunos triples abiertos fallados hicieron daño a unos Warriors que perdían su opción de despegarse pese a un omnipresente Andre Iguodala a ambos lados de la cancha.

Con LeBron James tomándose su primer respiro, los Cavs se encontraban momentáneamente con un héroe inesperado como Richard Jefferson, quien disparaba un parcial de 0-7 para poner a los suyos por delante. Pero Klay Thompson despegó. Unos minutos mágicos del escolta, quien llegaría al descanso con 26 puntos, equilibraban el duelo pese a la incansable actividad de Kyrie Irving y LeBron James en el otro lado. El partido se convirtió en un intenso intercambio de canastas con aroma de clásico. El 61-61 al final de la primera mitad, la mayor anotación al descanso en unas Finales desde 1987, fue perfecto ejemplo de lo frenético del duelo.

Un dúo mágico

El arranque del tercer cuarto se complicaba para los Warriors. Una mala caída de Andrew Bogut le mandaba al vestuario con una lesión en su rodilla izquierda, dejando a Steve Kerr sin sus dos interiores titulares habituales. Un desconocido Harrison Barnes no era capaz de controlar la pintura, y los Cavaliers aprovecharan para abrir hueco, colocando su ventaja en dobles dígitos a mediados del tercer cuarto. Los Warriors pagaban las ausencias y el excesivo silencio de Stephen Curry y Klay Thompson. A 12 minutos del final, Cleveland ya soñaba con un sexto partido, ganando por 84-93.

El cansancio hacía que las piernas empezaran a fallar. El dinamismo de los primeros cuartos daba paso a un juego más plomizo y desacertado. La excepción: Kyrie Irving. El base de los Cavs hacía el mejor partido de su vida en el mejor momento. Su acierto sentenciaba a unos Warriors que perdían la frescura y el equilibrio en su juego. El esfuerzo extra realizado para cubrir la baja de Draymond Green se cobraba sus frutos. El Oracle Arena se quedaba en silencio viendo como la posibilidad de celebrar el título en casa se escapaba mientras un pletórico LeBron James, el de las mejores ocasiones, remataba el triunfo por 15 puntos de diferencia.

Habrá sexto partido

La serie regresa ahora a Cleveland con Draymond Green de vuelta, con Andrew Bogut como seria duda y con los Cavaliers con la energía y la moral recuperada. Los Warriors perdieron una oportunidad de oro de la que aún tendrán dos oportunidades en redimirse, la primera de ellas en el sexto partido que se disputará el jueves.

Kyrie Irving y LeBron James estuvieron inconmensurables con 41 puntos, a los que el alero sumaría 16 rebotes y 7 asistencias. De los demás, lo más destacado fue el incansable esfuerzo de Tristan Thompson, quien aprovechó las ausencias en la pintura de Golden State para acabar con 6 puntos y 15 rebotes. Por parte de los Warriors, Klay Thompson acabaría con 37 puntos (solo 11 de ellos tras el descanso) y Stephen Curry con 25, pero aparte de ellos solo Andre Iguodala (15 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias) pudo acercarse a cubrir la ausencia de Draymond Green.

Los datos de la jornada

41 + 41. LeBron James y Kyrie Irving necesitaron una actuación de las que se quedan en los libros de historia para seguir con vida en esta eliminatoria. Por primera vez, dos compañeros de equipo superaron los 40 puntos en un partido de Finales. Para LeBron James supuso su 4 partido con 40+ puntos en esta ronda decisiva, solo superado por Jerry West (8), Michael Jordan (6) y Shaquille O’Neal. Mientras tanto, Kyrie Irving se convertían en el cuarto jugador más joven que alcanzaba la cuarentena en Finales, solo superado por Magic Johnson, Rick Barry y Russell Westbrook.

61 – 61. La primera mitad entre Warriors y Cavaliers fue absolutamente frenética. Los 122 puntos supusieron la máxima anotación combinada entre los dos equipos durante una primera mitad de Finales desde el segundo partido de las Finales de 1987, cuando los Lakers de Magic y los Celtics de Bird se fueron hasta los 131 puntos (75-56 para Lakers). Todo sin un gran acierto (menos del 50% combinado en tiros de campo) y con 22 pérdidas entre Golden State y Cleveland. El ritmo fue infernal, y las piernas del equipo sin su principal pulmón disponible (Draymond Green) lo acabaron pagando al final.

32,4 para el 23. No siempre con éxito, pero LeBron James tiende a sacar lo mejor de él en los partidos a vida o muerte. Con el de anoche, el alero de los Cavs se ha enfrentado a 16 partidos en los que una derrota suponía su eliminación. En esos duelos ya promedia 32,4 puntos (récord NBA con al menos 5 partidos), 11,0 rebotes y 6,6 asistencias contando el duelo de anoche. Por norma general, LeBron James garantiza al menos morir con las botas puestas en Playoffs.


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