La lesión de cuádriceps que ha dejado fuera de lo que queda de Playoffs a Blake Griffin tendrá aún más efectos. Según el periodista del Los Angeles Times Ben Bolch, el ala-pívot se ha sometido a una inyección de células de médula osea para ayudar a su recuperación, un proceso que evitará que pase por el quirófano. Este procedimiento, eso sí, le mantendrá alejado de los entrenamientos durante varios meses y, de paso, le dejará sin opciones de representar a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Olympics are out for Blake Griffin because he'll be unable to engage in basketball activities for several months.
— Ben Bolch (@latbbolch) April 28, 2016
Griffin era uno de los 30 finalistas originales (31 con el añadido posterior de Damian Lillard) para entrar en la lista final de 12 jugadores que defenderán el oro olímpico logrado en Londres 2012. En aquellos Juegos, Blake Griffin también se quedó fuera por lesión. Seleccionado para la plantilla definitiva, un desgarro de menisco le descartó a última hora, siendo reemplazado por el entonces novato Anthony Davis. Curiosamente, el jugador de los Pelicans tampoco irá por lesión a Río 2016. Pese a estas ausencias (más la de un Chris Paul que renunció para poder descansar en verano), el juego interior de Estados Unidos puede ser bastante temible con las opciones de LaMarcus Aldridge, DeMarcus Cousins, Andre Drummond, Kevin Love, Dwight Howard o DeAndre Jordan.
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Más problemático es el futuro de Blake Griffin. Su temporada se fue al traste demasiado pronto por su extraña pelea con un encargado de material que le causó una mano rota y una suspensión por parte de su propio equipo. Con su estatus de jugador franquicia en duda y con la opción de salir al mercado en 2017, Griffin necesita estar al 100% tanto física como mentalmente para volver a ser uno de los jugadores más cotizados de la NBA.