El optimismo de Stan Van Gundy, quien aseguró hace unos días que no esperaba problemas en la renovación de Kentavious Caldwell-Pope, empieza a tornarse oscuro con la aparición de la única barrera que veía truncando el acuerdo: el dinero.
Según informa Vince Ellis de Detroit Free Press, el escolta de cuarto año de los Pistons tiene claro lo que quiere: más de 20 millones de dólares por año; una cantidad a la que está por ver que lleguen en Detroit, donde el propietario, Tom Gores, afirmó en su momento que pagaría el impuesto de lujo si de eso dependiese la continuidad de su actual jugador.
La incógnita se resolverá pronto, ya que la fecha límite para dejar cerrada una extensión de contrato llega en seis días. En cualquier caso, en Michigan no deben sentir gran preocupación, ya que aunque no hubiese acuerdo, KCP sería agente libre restringido el próximo verano, por lo que podrían igualar cualquier oferta para mantenerle en plantilla.
Sus números
Pese al salto salarial del verano de 2016, los contratos aún mantienen su relación con el nivel e importancia de cada jugador dentro de su equipo. Así, parece improbable que Caldwell-Pope, quien viene de firmar un promedio de 14,5 puntos, 3,7 rebotes y 1,8 asistencias en 36,7 minutos por partido, se coloque en las cifras que demanda actualmente.
Cierto riesgo
La decisión que le queda a los Pistons, en caso de que las pretensiones de su jugador se mantenga, es la de apostar fuerte pensando que puede mejorar hasta el punto de conseguir un contrato máximo o, por el contrario, ser precavidos creyendo que su valor está por debajo y que por tanto le firmarían el próximo verano por menos dinero.