Jason Collins, actualmente agente libre sin restricciones, podría haber llegado al ocaso de su carrera profesional de baloncesto.
Según Inside Bay Area, aunque el pívot todavía no ha tomado una decisión definitiva, todo apunta a que sus pasos, a pesar de seguir ligados a este deporte, ya no serán sobre el parqué.
Collins, el primer jugador en activo abiertamente gay en alguno de los grandes deportes americanos, está prosperando como embajador por la aceptación y la paz.
Mientras otros jugadores tienen que abrirse camino una vez llega el momento de colgar las zapatillas, Collins tiene un mundo de posibilidades por delante.
Futuro asegurado
Collins recibió un mensaje de enhorabuena del presidente Barack Obama durante el discurso del Estado de la Nación, apareció en el programa de Oprah, y tuvo un cameo en un vídeo de Katy Perry. Actualmente es un reconocido conferenciante motivacional; a finales de este mes, aparecerá en la CNN a debatir como afecta el papel de los atletas profesionales en el cambio social.
En cuanto al factor económico puede estar tranquilo. Ha llegado a un acuerdo con Nike de 2 millones de dólares. Probablemente superior al que podría conseguir como jugador de la NBA la próxima temporada.
El año pasado (su decimotercera temporada) defendió la camiseta de los Brookyn Nets durante la recta final de la campaña con unos números de 1,1 puntos y 0,9 rebotes.
Collins todavía podría seguir chocando en la pintura durante 7 u 8 minutos por partido, como lo hizo la temporada pasada, y servir como un ejemplo de profesional para los más jóvenes del equipo. Pero quizás pueda tener más impacto en otros lugares y sea el momento de dar ese paso.