A primera vista suena a puñalada trapera. Os exponemos la situación, que tiene dos perspectivas y ambas totalmente entendibles.
Por un lado está Chris Bosh, que tan pronto tenga un diagnóstico favorable por parte de los médicos respecto a sus coágulos de sangre estará deseoso de reincorporarse a la práctica del baloncesto.
Y en la otra orilla su «ex equipo», los Miami Heat. Estos, tras declarar por voz de Pat Riley que Bosh no se vestirá más con sus colores, tienen otro problema que resolver. Uno de esos en los que ambas decisiones, cualquiera que tomes, te hará quedar mal. Está la opción empática y luego la económica. Y ya sabemos cuál de las dos es la que hace girar al mundo.
Adiós a la 2016-17
Las normas de la liga prácticamente obligan a la franquicia de Florida a hacer de ‘poli malo’ con Bosh. Todo va de salarios. Si el ala-pívot juega al menos 25 partidos esta temporada (sea en el equipo que sea) su salario entrará en las cuentas de Miami. Y para que esto no suceda los Heat tienen una carta; sucia, pero perfectamente legal.
Si despiden a Bosh después del 1 de marzo, éste, presa del reglamento, no podrá firmar con ningún otro equipo para jugar la postemporada. Y es que en el peor de los casos (para Miami, claro está) se podría dar la casuística de que el nuevo conjunto de Bosh venciera una tras otra eliminatorias sumamente igualadas llegando a poder disputar hasta 28 partidos de Playoffs. Y ya nos lo contaba Erasmo de Róterdam.
«Lo mejor» para Bosh
‘Mejor prevenir que curar’. Y en Miami saben que les puede salir caro —literalmente— ejercer de buen samaritano. No obstante, y aquí entran los informes del Miami Herald, puede que esto tampoco suponga un grave contratiempo para Bosh.
Que las piernas del jugador traqueteen por volver vestirse de corto nuevamente no implica que deba hacerlo esta misma temporada. De hecho, aunque todo fuera un río de buenas noticias sobre su salud, casi que un mayor tiempo de parón para comprobar que la evolución es definitivamente favorable no estaría de más.
Una decisión a todas luces egoísta pero que, paradójicamente, podría tener efectos colaterales positivos en el presunto damnificado. Un Bosh cien por cien saludable en la 2017-18, creo que es algo que podríamos comprar.