La carrera de LeBron James, más allá del indiscutible espectáculo que da sobre la pista, se ha caracterizado por sus ‘decisiones’, esas que empezaron con el anuncio en 2010 –televisado a nivel nacional– de su marcha a Miami tras siete años en Cleveland.
Con ese precedente, inesperado sin lugar a dudas, y con su retorno a casa en 2014, igualmente sorprendente –si bien respondía a la promesa de llevar a Ohio un gran título nacional que se resiste desde 1964– ahora llega la posibilidad de que vuelva sobre sus pasos por segunda vez.
Según informa A. Smith de ESPN tras su estancia en la ciudad de Florida, el alero de los Cavs podría regresar a Miami Heat en el caso de que este año consiguiese el anillo con los Cavaliers. De igual manera, si no acabase campeón, no iría a ninguna parte.
Dicha afirmación se basaría en el hecho de que ya habría cumplido su promesa de llevar un campeonato a Cleveland, por lo que LeBron se sentiría liberado y abierto a explorar nuevas opciones, toda vez que nunca ha prometido que se quedaría tras ello. En ese caso, y teniendo a los Heat como destino más probable, tampoco se descarta que James echase un ojo a la posibilidad de aterrizar en Los Angeles Lakers.
Pequeños matices
Dando por hecho que descifrar qué pasa por la cabeza de LeBron es imposible, sí que podemos atenernos a detalles que podrían hacer realidad un nuevo cambio de franquicia. Para empezar, ha tenido sus más y sus menos con algunos compañeros, a los que en alguna ocasión ha señalado por no mostrar el esfuerzo necesario en pista (caso de la derrota sufrida este curso ante Brooklyn en marzo). A eso debemos añadir que se ha declarado dispuesto a formar un nuevo equipo junto con Dwyane Wade, Carmelo Anthony y Chris Paul: «Espero que podamos jugar juntos antes de que se acaben nuestras carreras». Por si faltaba algo, ha dejado de seguir a los Cavaliers en Twitter.
Tras lo sucedido en 2010, cuando todo Ohio entró en depresión y se revolvió contra él por dejarles en directo, tengo claro que no se irá mientras no gane un campeonato –cualquier otro escenario le condenaría a ‘traidor’ reincidente–; sin embargo, y pese a señalar en su regreso que le gustaría acabar su carrera en Cleveland, no pondría la mano en el fuego por ello.