Evan Turner es un buen jugador. Quizás no tanto como para haber sido un pick 2 del draft. Quizás no tanto como él mismo presume. Quizás su juego de media distancia no pertenezca tan a la élite como el oriundo de Chicago quiera sostener. Pero Turner es un caramelo de buen sabor que en verano entrará en la agencia libre y sin restricciones; y los New York Knicks quieren ese dulzor para el Madison.
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Alex Kennedy, de Basketball Insiders, ha propagado el rumor de carácter recíproco. Los Knicks quieren a Turner, y a Turner no le disgustan los Knicks. El escolta/alero viene de embolsarse esta temporada 3,4 millones en los Boston Celtics. Su buen hacer y la ampliación del límite salarial, sin duda hará que su cotización se eleve. Pero los Knicks, sin elecciones del Draft y con su atractivo para grandes FA en horas bajas, tienen que buscar lo más potable entre los notables. Y Turner encaja a la perfección en ese perfil.
En tendencia alcista
Es el clásico jugador que siempre se encuentra al borde de la prometedora eclosión… que nunca termina de confirmarse. No obstante, por su presente se le intuye un futuro estable. En los Philadelphia 76ers, su carrera evolucionaba satisfactoriamente. Cada año escalaba un peldaño más; y cuando fue —catastróficamente— traspasado a los Indiana Pacers promediaba 17,4 puntos. El cambio de aires lo mató; y no le ha sido fácil resucitar.
En los Boston Celtics, un mago como Stevens le ha devuelto la confianza. Incluso le ha dado una vuelta de tuerca a su rol. EL jugador que era esencialmente anotador en los 76ers ahora se ha transformado más en un hombre de equipo. Ha sacrificado puntos por asistencias. En la temporada que termina ha promediado 10,5 puntos, 5,2 rebotes, 3,8 asistencias, y 1 robo.
27 años. Fase de madurez baloncestística. De mantenerse centrado, sin duda puede ser una buena adquisición para que empiece a cobrar forma ese proyecto knickerbocker que mira, con hambre desencajada, los utópicos Playoffs.