Tras la zozobra del prinicipio de la agencia libre, Dallas ha conseguido aprovechar a la perfección los efectos secundarios del fichaje de Kevin Durant por los Warriors para conseguir reforzar su equipo. Las bajas de Chandler Parsons y Zaza Pachulia fueron cubiertas de forma casi inmediata por Harrison Barnes y Andrew Bogut, quienes de quedarse sin sitio en Oakland pasaron a encontrar un nuevo hogar en los Mavericks.
El nuevo proyecto que tendrá entre manos su entrenador Rick Carlisle incluye también al polivalente Seth Curry, quien será un joven seguro para el renovado Deron Williams y los otros veteranos exteriores del equipo como Wesley Matthews, J.J. Barea y Devin Harris. Pero, aun teniendo ya el esqueleto del equipo bien armando, especialmente habiendo asegurado la renovación de Dirk Nowitzki, su jugador franquicia, los Mavs buscan fórmulas para mejorar la profundidad de su banquillo.
Limpieza en Dallas
Y lo primero es deshacerse de dos jugadores que no cuentan en los planes del equipo, Jeremy Evans y JaVale McGee. Según Marc Stein y Tim McMahon de ESPN, los Mavericks han puesto a ambos jugadores en el mercado. En el caso del ala-pívot, campeón del concurso de mates de 2011, su contrato es garantizado, por lo que la única forma de liberar su salario es vía traspaso. En el caso de McGee, su contrato no quedará garantizado hasta el 12 de julio, y parece improbable que, si no hay un acuerdo para enviarle a otro equipo, siga en nómina pasada esa fecha.
Estos movimientos son imprescindibles para conseguir encajar salarialmente los nuevos fichajes y las renovaciones de Deron Williams y Dwight Powell, quienes al no poseer los Mavs sus «Bird Rights» tendrán que completarse utilizando espacio salarial. Perder a Jeremy Evans y JaVale McGee no sería un drama especial en Dallas. El año pasado se combinaron para 64 partidos jugados entre ambos, siendo los dos jugadores de Dallas que acabaron la temporada que menos minutos disputaron.