Se acabó el juego. Terminó la temporada para San Antonio Spurs. Momento de volver a enfocarse, al ciento por cien, en la tarea planificar.
Kevin Durant. Ese sueño hedonista que, si resolvieran como hacerlo funcionar simultáneamente con otro alero llamado Kawhi Leonard, ni pensar quiero el renacido monopolio que podrían instalar en Texas. Pero para ello, además de fantasear, necesitarían apartar el espacio salarial suficiente para ofrecerle el contrato máximo que este verano, en los Spurs o en cualquier otro equipo, sin duda firmará.
Como eso no es algo que se resuelva con una resta y un par de multiplicaciones, en San Antonio también se plantean una opción más terrenal. Así, informa Marc Stein de ESPN, Mike Conley sería ese buen —gran— jugador en el que estarían pensando.
Efectos colaterales
Sin repetirnos ahora en lo mucho que hemos hablado de su más o menos probable renovación con Memphis, y dando por hecho que hay opciones reales de vestirlo de spur, en este escenario —en el que bailaremos a diario una vez resuelto el título y conozcamos campeón— de mucho hipotetizar, la llegada de Conley choca directamente con el futuro de otro jugador; Tony Parker, un base francés de infinita clase y que lleva la fruslería de 15 temporadas —toda su carrera NBA— dirigiendo a San Antonio.
Además, el margen salarial necesario par «tentar» a Conley no es mucho mayor que el necesario para hacerlo con Durant, pero claro, ante lo innombrable de un posible traspaso de Kawhi, algo menos surrealista sería plantear el de «Oh-la-la». De transferir al galo, los Spurs se verían con un margen de maniobra añadido de 14,45 millones de dólares.
El único aliciente de plantear esta operación —pues no hay otro— es la juventud. 28 años de Conley por los 33 de Parker.
Y todo esto mientras Tim Duncan y Manu Ginobili no saben si seguirán jugando el año que viene el al baloncesto en la NBA. Demasiado de golpe para una sana digestión.