La llegada de Pablo Prigioni a la NBA en 2012 pareció una anomalía. Tras una brillante carrera internacional en España y con la selección argentina, el base se convertía gracias a los Knicks en un «novato» de 35 años de edad, siendo el debutante más veterano desde 1949. Pero su cuidado estado físico, su personalidad ganadora y una inteligencia en la cancha valorada por todos los entrenadores y equipos por los que ha pasado le va a permitir aspirar a seguir en la NBA incluso pasados los 40 años.
Según Adrian Wojnarowski de The Vertical, el base argentino ha llegado a un acuerdo para regresar a los Rockets por dos temporadas, la última de ellas opcional para el equipo. Será la segunda etapa de Pablo Prigioni en Houston, donde ya militó durante la segunda mitad de la temporada 2014-15, ayudando a la franquicia tejana a disputar las Finales del Oeste. En los Rockets sigue siendo especialmente recordada su actuación en defensa durante el séptimo y último partido de la serie de semifinales de Conferencia en la que Houston eliminó a los Clippers.
Precisamente fue en el equipo angelino en el que Prigoni militó la pasada temporada, aunque en un rol más secundario del que había vivido en New York y Houston. Recomendado por Mike Woodson, su entrenador en los Knicks y actualmente asistente de Doc Rivers en los Clippers, Prigioni fue el tercer base tras Chris Paul y Austin Rivers, teniendo un rol esporádico en el equipo angelino. En su nueva etapa en Houston, Prigioni aportará veteranía y temple al nuevo proyecto de Mike D’Antoni como recambio de Patrick Beverley y tendrá la oportunidad de completar un hito histórico. Si acaba la temporada 2016-17 con normalidad, el argentino será el tercer jugador más veterano no estadounidense de la historia de la NBA, solo superado por Dikembe Mutombo y Steve Nash.