Final letal de Green y Thompson para evitar la sorpresa

Sin Stephen Curry, aún viendo el partido desde la banda por lesión; con un Klay Thompson más irregular que de costumbre y con un Damian Lillard estelar en el tercer cuarto, parecía la noche perfecta para los Blazers. El equipo de Terry Stotts dominó de forma inesperada el segundo partido ante Golden State durante los 36 primeros minutos, abriendo brecha gracias al acierto de C.J. McCollum (25 puntos) y Al-Farouq Aminu (14). Nadie esperaba un 21-36 para los Blazers nada más arrancar el segundo cuarto, pero el marcador del Oracle Arena no mentía. Eso sí, tampoco lo hacía cuando mostraba un 110-99 al final del encuentro para los Warriors. Fue la historia de dos películas diferentes sin relación aparente más allá de sus protagonistas.

Los (pocos) defectos de Golden State

Sin Stephen Curry en su versión mal llamada de «base puro», los Warriors pueden ser a veces demasiado predecibles. Los Blazers taparon bien el ataque del vigente campeón, dejando su principal arma, el triple, en un irreconocible 1/7 en el primer cuarto. Mientras tanto, Portland explotaba el potencial distribuidor de Mason Plumlee hacia el exterior del arco para jugar su mejor baloncesto ofensivo, con un 14/21 en tiros de campo que permitía escaparse de 13 puntos en el primer cuarto

Una remontada a fuego lento

La segunda unidad de Golden State no pudo marcar diferencias ante unos Blazers sólidos en cancha. Perdida la inspiración ofensiva del principio de partido, Portland evitó durante dos cuartos que el abundante talento que aún conservaba en cancha su rival explotara de forma irremediable. Draymond Green siempre tuvo presencia a ambos lados de la cancha, pero un enorme tramo de partido de Damian Lillard (nacido y criado a escasos kilómetros del Oracle Arena de Oakland) mantuvo el suspense. Sus 17 puntos en el tercer cuarto, con un 4/5 en triples, mantenía una distancia de seguridad de 11 puntos a favor de los Blazers con solo 12 minutos por jugarse

Victoria por aplastamiento

A partir de ahí, pero, fue una avalancha. El irregular Klay Thompson (10 puntos en el último cuarto) dejó de perdonar y Draymond Green hizo virtualmente de todo. El ala-pívot acabó con 17 puntos, 14 rebotes, 7 asistencias y 4 tapones, 2 de ellos en los minutos finales que acabaron de desmoralizar a unos Blazers totalmente superados. Dos intentos de entrada a canasta de Mason Plumlee rechazados de forma devastadora con tapón por Festus Ezeli (quien trajo una energia necesaria a Golden State desde el banquillo) y Draymond Green fueron el mejor ejemplo. Al final, el parcial en el último cuarto fue de un rotundo 34-12, y su ventaja final de 11 puntos hizo olvidar los apuros vividos en los 36 minutos anteriores. Sin necesidad de forzar aún al convaleciente Stephen Curry, los Warriors viajarán a Portland con un tranquilizador 2-0 a su favor.


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