En pleno último cuarto del segundo partido de playoffs entre Denver y Golden State, Harrison Barnes se sacó de la manga una impresionante jugada que terminó en un mate de espaldas ante su defensor. Velocidad, dribbling y potencia para finalizar con un mate que nos recordó a los que hacía Dominique Wilkins hace 25 años.
Y mientras tanto, uno de los entrenadores asistentes de los Nuggets pidiendo pasos y el banquillo de los Warriors volviéndose loco.