J.R. Smith fue ayer la cara y la cruz como jugador ante Phoenix Suns. Primero realizó una falta tan cobarde y peligrosa que debería haber sido expulsado inmediatamente. Lesionó a Goran Dragic, quien no pudo volver al partido con problemas en la muñeca, cadera y espalda, pero lo árbitros no consideraron que hubiera que ser estrictos con Smith por su temeraria acción.
Y como el destino es así, J.R. Smith pudo permanecer en cancha y luego fue él quien dio la victoria a los Knicks con una canasta en el último segundo del cuarto periodo.